Nadal demostró tras su victoria en Montecarlo ante Gael Monfils que todavía queda Rafa para rato. Y si hay una imagen que echábamos de menos -a parte de la del tenista levantando trofeos después de dos años de sequía- es la del beso de celebración que Xisca Perelló y su novio se regalan cuando él sube a celebrar sus triunfos con su familia en la grada. A pesar de despertar la curiosidad de los medios de comunicación, sus posados se pueden contar con los dedos de la mano. El más reciente tuvo lugar el pasado mes de mayo en un evento de la Fundación Rafa Nadal en París donde la pareja ejerció de anfitriona de más de 400 invitados.
En los más de 10 años de relación, Xisca siempre ha sido el talismán de Rafa en los grandes torneos. Incluso en 2015, el peor año deportivo del tenista, se mantuvo a su lado para demostrarle su apoyo tras su ausencia por las lesiones. Siempre discreta y en segundo plano se emociona como la que más en los partidos de su chico. Es precisamente durante los partidos, cuando se permite dejar de lado la compostura, sufriendo y celebrando como aficionada y seguidora más de uno de los mejores deportistas españoles de la historia.
Con el paso de los años, se ha convertido en un pilar fundamental en la vida del tenista, aunque poco se conoce de la vida de Xisca. María Francisca Perelló –sus amigos la llaman María- y Rafa Nadal son novios desde el año 2005, cuando apenas eran adolescentes. Discreta con su relación incluso durante los primeros años, es una de las mejores amigas de Maribel, la hermana pequeña del tenista. Hija del constructor Bernat Perelló y María Pascual, funcionaria en Manacor, se mudó a Londres después de licenciarse en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de las Islas Baleares (UIB). Podría decirse que la distancia supondría un problema para la relación, pero a la vista queda que la suya es sólida, porque salir con uno de los mejores tenistas del mundo no debe resultar fácil.
Xisca trabajó seis meses en la delegación de Mapfre en la city y más tarde se hizo un hueco en la Fundación Rafa Nadal como directora de integración social. Ahora vive entre Barcelona y Mallorca, por lo que tampoco ha faltado a la cita de su novio en el torneo Conde de Godó en la ciudad condal. Cuando Rafa vuelve a casa, ambos comparten casa en la isla, un inmueble el campeón del mundo compró en 2013.
Sin boda a la vista
La vida personal que rodea a los grandes deportistas es muy atractiva para los más curiosos por sus idas y venidas, pero el amor de Rafa Nadal con su novia de toda la vida despierta tal admiración, que son muchos los que querrían verles darse el ‘sí quiero’.
En octubre del año pasado, antes de viajar Suiza para participar en el torneo de Basilea, Nadal participó en un acto en Valencia en el que muy correcto dejó claro que no les corre prisa casarse ni formar una familia. "En estos momentos, mi pareja y yo tenemos otras prioridades profesionales y personales", aseguró. Ahora que Rafa empieza a recuperar poco a poco su mejor versión, está centrado en su profesión con su inseparable Xisca en la sombra, pero siempre a su lado.