Adriana Abenia, conocida por ser una de las presentadoras más naturales y dicharacheras de la televisión, acaba de desvelar al público una de sus experiencias más traumáticas que le puso la vida "del revés". Tal y como desvela la presentadora en su blog de 20minutos, ha tenido que someterse a una operación para quitarse un quiste que tenía en el cuello. Por lo visto, se lo detectaron tras una revisión rutinaria.
"Hasta hace poco tenía la sensación de ser invencible. Pero un intruso, que desde luego no era bienvenido, se alojaba en mi cuello empujando la tráquea", comienza explicando en su blog. Continúa narrando cómo fue la experiencia de ir al quirófano, cómo se sentía y el miedo que pasó. "Aquel nudo en el estómago al descender al ascensor", describe el momento antes de empezar las cuatro horas que duró su operación.
Según desvela la presentadora, lo peor vino después. "Pese a todos los cuidados, cuando al despertar me vi afónica, todas mis ilusiones y mis sueño se desvanecieron de repente. No me importaba la dimensión de la cicatriz e incluso olvidé preguntar si era cáncer; tan sólo deseaba poder volver a reconocerme, reír y desarrollar mi trabajo y vida con normalidad", confiesa, y añade: "Había perdido mi voz y nadie me aseguraba al 100% que volviera a recuperarla".
Todo esto le produjo miedo y unas continuas ganas de llorar por tener que cambiar completamente su vida. El problema fue que la cuerda vocal izquierda tenía una parálisis parcial consecuencia de la operación. También explica que "le prohibieron hablar por teléfono y llorar", algo que le costó mucho, sobre todo lo último, porque solo tenía ganas de llorar. "Cada mañana tachaba los días, como en la cárcel, que me quedaban para cumplir mis compromisos laborales rezando a un Dios en el que no creo para que el nervio despertara y me devolviera lo que era mío y no tener que reinventarme y olvidar lo que soy y lo que deseo", escribe en su blog.
Poco a poco, y gracias a la ayuda de una logopeda, Abenia recuperó la voz y, una vez superada esta trágica experiencia, se ve con fuerzas de contarla a todos y dar ánimos a aquellos que pasen por lo mismo. "Me he decidido a contaros esto porque vuelvo a arañar la felicidad, tras haber recuperado mi voz", exclama. Aprovecha el post para dar las gracias a sus médicos y a su familia. También le dedica unas bonitas palabras a su marido Sergio Abad, quien "no ha soltado su mano y ha llorado con ella". Ahora solo tiene ganas de vivir y de disfrutar de esta segunda oportunidad que la vida le ha dado.