Además de la fiesta multitudinaria con 400 invitados, la fiesta por el 80 cumpleaños del escritor Mario Vargas Llosa comenzó mucho antes, con una celebración íntima que comenzó a la medianoche del domingo en la casa de Puerta de Hierro propiedad de Isabel Preysler, con la compañía de su pareja... aunque con matices.
Tal y como explicó Carmen Duerto, que conversó directamente con la mismísima Isabel Preysler sobre el tema, a Mario "le cantaron el Cumpleaños Feliz y le hicieron una comida de cumpleaños con su tarta favorita, que coincide con la de Isabel: de chocolate y con ochenta velas". Todo comenzó "a las doce y un minuto, con ellos dos en la intimidad más absoluta cenando".
Naturalmente, si se sentaron a la mesa -en la que él eligió el vino- y cantaron el cumpleaños, tuvo que haber regalo. Y fue nada menos que un cachorro, un gran danés hembra, llamada Céline que se va a criar en España y que el propio Mario definió como "la ilusión de su vida".
Pero hubo más sorpresas: "Enrique Iglesias y su novia Anna Kúrnikova estaban de paso por Madrid, tenían una hora libre, y se presentaron en casa a felicitar a Mario". De modo que además hubo una visita inesperada, la del hijo de Isabel Preysler, que certificó que la unión de Vargas Llosa y la reina de corazones sí ha dado lugar a una familia unida, al menos por parte de ella.
Así fue la celebración íntima de Vargas Llosa con visita sorpresa
Un regalo entrañable y una visita inesperada. Así fue la celebración íntima de Vargas Llosa.
En Chic
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Libro
- Curso
- Escultura