Pablemos fue al programa de Ana Pastor y el rapapolvo fue tan sonado que ya no ha vuelto más por allí. Ahora manda a un propio, Errejón, cuyo rostro imberbe y permanente expresión de asustado suele atemperar el ánimo censor de sus rivales en el combate dialéctico.
El niño grande de Podemos compareció este domingo en La Sexta para someterse a las preguntas de la Pastor. Los acontecimientos políticos desencadenados desde la rueda de prensa que Pablemos dio en la mañana del viernes, con el propio Errejón en papel de figurante haciendo gala de una mirada intensa como corresponde a un ministrable de "los de abajo", han dado lugar a una nueva situación en este extraño proceso de investidura. Los dos partidos de izquierdas acercan posiciones, pero mientras Pablemos manda sus propuestas por whatsapp Sánchez le llama a él directamente, señal de que es el líder socialista el que está que se negocia encima con los podemitas.
Ahora bien, Pablemos tiene el problema de siempre: su hemeroteca no aguanta ni el más leve repaso. Y es que los líderes podemitas han prometido todo a todos (y a todas) y eso, llegado el momento de hacer honor a los compromisos, convierte a Pablemos en un partido como todos los demás en lo que se refiere a la lealtad a sus votantes. O sea, pura castuza.
Ana Pastor le asestó tres hemerotecazos al pobre Errejón para denunciarla por maltrato infantil. El número dos de Pablemos tuvo que ver a su líder asegurando que jamás sería vicepresidente de un gobierno del PSOE, que los sillones no tenían la menor importancia y que el referéndum independentista en Cataluña es una línea roja innegociable, exactamente lo contrario de lo que han planteado a los socialistas al objeto de llegar a un acuerdo.
Errejón hizo el ridículo, claro, y todavía más cuando tuvo que reconocer que el teléfono móvil de Pablemos lo paga, en efecto, un empresario vinculado al Gobierno de Irán, paladín del progreso y la libertad como es bien sabido. El resultado podría haber sido peor todavía si Pastor le hubiera preguntado también por los viajes de podemitas a Caracas, en selecta compañía, haciendo uso del avión presidencial de Nicolás Maduro, otro campeón del progresismo a escala internacional. No hubo ocasión y eso que la exclusiva es de la otra televisión de Atresmedia, Antena 3. Pero seguramente no fue por celos profesionales. Es que tener despierto a Errejón a las diez y media de la noche de un domingo estaba pareciendo ya un gesto de crueldad.