Ana Obregón regresa al mundo del famoseo. Y lo hace hablando de amor, pero no del suyo, sino del de sus padres. La presentadora y actriz no faltó a la inaguración de la nueva tienda de Teria Yabar en el barrio de Salamanca junto a Marta Robles, Pastora Vega, Irene Villa o Carmen Posadas.
Ana, que llegaba directamente de su gira Sofocos -explica Beatriz Cortázar en ABC-, acaba de atravesar uno de sus peores momentos, después de que su madre haya sufrido un derrame cerebral el pasado mes de septiembre.
Sobre ese tema dedicó unas palabras inesperadamente emocionadas. "Sólo quiero ver a mi madre bien. Por desgracia sabemos muy poco del cerebro y de ahí que se me planteen tantas dudas sobre lo que esté sintiendo". Y continuó: "Ya está en casa con su rehabilitación y parece que va avanzando aunque muy lentamente. Mi padre está a su lado. Lo que me admira es verles de la mano mientras ven la tele. Llevan sesenta años así y por eso sé que el amor existe aunque a mí no me haya tocado".
Las perspectivas, al menos, son positivas, ya que aunque la recuperación es lenta -apenas han pasado dos meses desde el derrame-, seguramente "dentro de seis meses estará mejor".
Lo cierto es que Ana Obregón no para. Como recoge Beatriz Cortázar, Ana reconoció ir "como una máquina. Mi vida es trabajar y estar con mi madre. Hago reír al público y sólo me permito la licencia de llorar un poco durante los aplausos o cuando acaba la obra en la soledad de mi camerino".
Ana Obregón: "Sólo quiero ver a mi madre bien"
Obregón cuenta lo dura que está siendo la recuperación de su madre, afectada de un derrame. Lo hace con palabras muy emocionadas.
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