Fue Antonio Cortés "Chiquetete" uno de los más populares artistas de la canción andaluza en la década de los 80, cuando cimentó su notoriedad con un repertorio de baladas aflamencadas, románticas y pegadizas, que interpretaba con exquisito gusto, un estilo muy personal y unos conocimientos aprendidos en su etapa anterior como intérprete del cante grande. En este último terreno era conocido únicamente entre los cabales del arte flamenco, pero cuando su nombre se expandió por toda España y ganó muchísimo dinero fue gracias a títulos como "Tú y yo", "Aprende a soñar", "Ser amante", “Esta cobardía”, “Volveré”…
Hay artistas –y "Chiquetete" lo es sin discusión con letras mayúsculas- que no saben digerir esa fama urgente que es la popularidad, y se dejan caer por la pendiente del vicio, del descontrol en sus vidas, hasta perder su hacienda incluso. Antonio Cortés pasó por ese trance, dejándose arrastrar por malas costumbres. Cuando se es dependiente del consumo de ciertas substancias se olvidan contratos, compromisos artísticos. Y llega el declive, el olvido. Quiso "Chiquetete" recuperar la gloria de que gozó, pero no le fue posible. Su último disco está fechado en 2004. Ha luchado para sobrevivir y en la actualidad está dispuesto a brillar de nuevo en el siempre oscilante mundo del espectáculo. No le va a ser fácil, pero él es un artista de cuerpo entero, insistimos.
A los baches profesionales recordemos también que se unieron sus problemas sentimentales, lo que contribuiría a dificultarle aún más su salida del túnel en el que ha estado metido tiempo atrás. Ahora mismo se encuentra inmerso en otra desilusión amorosa. A comienzos del mes de octubre se presentó en una sala madrileña de la plaza del Callao, durante tres jornadas, anunciado con esta leyenda: "La magia de una voz". No era el escenario de sus grandes triunfos del pasado, pero sí lugar de prueba para calibrar si la gente lo seguía recordando. Sin completar el aforo, tuvo una aceptable respuesta del público y salió airoso de la prueba, contando con la colaboración de sus hijos Fran y Rocío, que siguen sus huellas artísticas.
"Chiquetete" disimula una ligera cojera, que le impide a veces sentarse con desenvoltura, resultado de una operación de cadera. Por otra parte ha de cuidar su algo maltrecha salud, consecuencia de los problemas cardiorrespiratorios que viene padeciendo. Por lo demás, exteriormente, su aspecto físico no acusa esos alifafes y a sus sesenta y siete años cumplidos en julio último mantiene su galanura, con los cabellos ya cenicientos desde luego. "Duquelas", como los gitanos llaman a las penas, ha pasado unas cuantas esté calé de voz privilegiada, desde que su padre abandonara el hogar y lo dejara desamparado junto a su madre, Manuela (a la que en su día cantó en una sentida copla), quien tuvo que sacar adelante la casa vendiendo telas por las calles de Algeciras. Madre e hijo se instalaron luego en Sevilla.
Antoñito cantaba ya de chico por las ventas del camino, para señoritos golfos que en noches de farra se olvidaban luego de pagarle algunas veces. "Mi Universidad ha sido la calle", me confesó el día que lo entrevisté por vez primera. "He sido siempre un solitario. La vida no me ha regalado nada". Estando un día cantando en "Los Gallos", conocido “tablao” flamenco sevillano, lo contrató junto a otros compañeros un tal Mr. Lynch para llevárselos a la base americana de Guantánamo. Una experiencia singular. “Chiquetete” conoció a la que sería su primera mujer, la bailaora Amparo Cazalla, actuando en un mismo espectáculo. Se casaron en 1973, tuvieron tres hijos y fueron felices hasta 1994, que es cuando se cruzó por medio Raquel Bollo, con quien el cantante convivió hasta 2005, siendo padres de dos hijos. Su boda fue muy publicitada en la prensa rosa, jaleados ambos cuando iban a celebrarla subidos en un antiguo carruaje. Si bien con los hijos de su primera esposa Antonio se lleva bien, no sucede lo mismo con los de la segunda, que no le hablan. Si Antonia nunca ha querido inmiscuirse en la vida de quien fue su marido, en cambio Raquel Bollo no ha perdido ocasión en sus incursiones televisivas en el programa Sálvame de atacar duramente a su "ex".
Discreto, "Chiquetete" no ha querido "entrar al trapo" de las acusaciones de que ha sido objeto constantemente, reconociendo en privado que Raquel se lucra con sus chismes gracias a él, que es primo de Isabel Pantoja, ella no, aunque haya dado la impresión muchas veces de ser la portavoz oficiosa de ésta, cuando en esas tertulias televisadas revelaba algunas confidencias, supuestamente obtenidas por boca de Isabel o de su entorno.
La madre del cantaor, Manuela, apodada "La Chumina" es hermana de Ana, la madre de "la Pantoja". Para completar el cuadro, a la vida de "Chiquetete" llegó hace trece años Carmen Gahona, el último amor del artista. Mujer visceral que ha ido de plató en plató… poniendo el plato. El cazo, vamos. Y ante las cámaras no se cortaba un pelo a la hora de poner a parir “a la Bollo” y a cuantos según ella mancillan el buen nombre de quien hasta hace unos días ha sido su novio, con quien pensaba casarse. Los dineritos que se embolsaba Carmen Gahona en sus paseos televisivos servían para mantener a flote el hogar de la pareja, desaparecidos los muchos millones que ganara "Chiquetete" en su época de vacas gordas, y que "fundió" por su mala cabeza, su vida disipada.
Tuvo que desprenderse de algunas propiedades para pagar deudas y seguir subsistiendo. Limpio absolutamente de aquello, sin que haya recaído, y aprendida la dura lección, el cantante pretende recuperar la popularidad perdida y con ella el dinero que le permita afrontar su futuro con dignidad. Por cierto, ¿saben de dónde le viene lo del mote? Del padre de su prima Isabel, Juan Pantoja, al que de niño una vecina nacida en Alicante lo llamaba "xiquet", niño en valenciano, y de ahí lo de "Chiquetete", al que endilgaron el mismo apodo que a su tío. Rota ahora su relación con Carmen Gahona, se ha refugiado en casa de su madre. Hasta que piense cómo rehacer su inmediato mañana, si es que no hace las paces con la avasalladora Carmen, que todo podría pasar… Lo cierto es que lleva un tiempo que de Guatemala, se ha metido en "Guatepeor".