El revuelo que se formó en pleno Paseo de Gracia de la Ciudad Condal era absolutamente impresionante. Aparte de los medios de comunicación convocados, la cantidad de mirones o de curiosos que se acercaron a los aledaños de la joyería Rabat para ver a la futura señora de Vargas Llosa era todo un espectáculo.
Isabel Preysler llegó puntual a la cita y, para esta ocasión, eligió un pantalón negro ancho de Elie Saab y un top de encaje en tonos verdes y morados. Como complementos, lució una sortija de brillantes en forma de espiral pendiente de brillantes también, y un Rolex de oro salpicado de las mismas piedras.
Al preguntarle cómo se encontraba, Isabel -sin el más mínimo reparo- reconoció que estaba enamorada y que ella fue la primera sorprendida porque no se lo esperaba. Al preguntarle por Mario, comentó que tenían muchas cosas en común y que es una persona con un gran sentido del humor. "No es lo mismo convivir con el Premio Nobel que en la intimidad con Mario Vargas Llosa".
De su hija Ana Boyer explicó que estaba muy feliz y que a ella le parecía muy bien que antes de casarse se fuera a vivir con Fernando Verdasco. "Ana siempre ha sido una niña que ha estado muy protegida, le va a venir muy bien que se emancipe".
A Isabel se le ilumina la cara cuando habla de su novio, y explicó que no había ido por estar impartiendo clases en Princeton (Nueva York). A su vuelta, en Navidad, se irán a vivir juntos.
Otra de las invitadas fue Mar Flores, que acudió sola sin su marido Javier Merino. "A él este tipo de actos no le gustan, y prefiero venir sola. Javier está muy bien, ya no tiene que viajar a África y todos mis hijos se encuentran muy bien, igual que Javier. El mayor, Carlo, ya tiene 22 años y se acaba de emancipar. Vive cerca de casa en un estudio y la ropa la sigue lavando en casa. Es una persona muy creativa y a mí me da muchos consejos. Su futuro lo está encauzando en el campo de la hostelería. A mí personalmente me va muy bien mi trabajo de diseño de bolsos y complementos, y sorprendentemente me ha llamado un grupo empresarial que ha inaugurado un local en Miami y me han pedido mis diseños".
También acudió -huyendo de la prensa, como siempre- y sin querer pasar por el photocall Jaime de Marichalar. El exduque de Lugo conversó con Isabel pero declinó hacer cualquier tipo de declaración.
