Según han publicado varios medios ingleses, el pasado mes Vanessa Redgrave estuvo a punto de morir tras dejar un mensaje de auxilio en el contestador de su hijo Carlo.
La actriz estaba sola en casa y se desvaneció apenas minutos después de conseguir hacer la llamada. Gracias a Carlo, fruto de su unión con el también actor Franco Nero, los servicios médicos se presentaron en su residencia y encontraron a Redgrave a las puertas de la muerte.
Redgrave fue ingresada en el hospital Hammersmith en Londres. El diagnóstico, un infarto que provocó el desvanecimiento de la ganadora del Oscar por Julia.
La recuperación ha sido larga y ha durado toda esta primavera y verano. Redgrave ha tenido que interrumpir su agenda de trabajo para afanarse en ello, con vistas a evitar una situación tan trágica con la de su propia hija Natasha Richardson, fallecida en 2009 tras un accidente de esquí aparentemente inofensivo, pero que se reveló letal por las heridas internas que le provocó.