Julián Muñoz no ha podido ser más claro en su comparecencia ante los jueces en la Audiencia Provincial de Málaga, donde se está celebrando otro de los múltiples juicios a los que se tiene que enfrentar, en este caso por malversación de fondos públicos en el que la Fiscalia ha solicitado una pena de 11 años de prisión.
El deterioro físico de Muñoz es impresionante. Da pena verle tan encorvado con la mirada asustadiza, parece que los ojos se le van a salir de las órbitas. La pérdida de peso es considerable y al hablar tiene que secarse permanentemente la boca a consecuencia de haber sufrido un ictus.
En el transcurso de su breve declaración, Julián Muñoz ha mostrado su arrepentimiento y ha pedido perdón, en especial a la ciudad de Marbella y a la sociedad en general. Unas imágenes que hablan por si solas. Es indiscutible que su salud se deteriora cada vez más y su aspecto impresiona. Pero a lo largo de todos estos años y de procesos interminables, en ningún momento se aclara dónde está el dinero que desapareció de las arcas del ayuntamiento marbellí. La realidad es que nunca se recuperará por mucho que se entone el Mea Culpa.
Mientras tanto, la que fuera su novia, Isabel Pantoja, una vez de regreso a prisión su abogado, que ha sido la única persona que le ha estado con la artista a la salida del centro penitenciario, ha declarado que se encuentra estabilizada, al igual que la semana pasada, de su afección renal y que continúan pendientes del procedimiento judicial para la obtención del tercer grado.
Lejos quedan ya los tiempos de vino y rosas de aquella pareja.