El pasado 1 de julio Ben Affleck y Jennifer Garner publicaron un comunicado oficial en el que aseguraban que "después de mucha reflexión y una cuidadosa consideración", habían "tomado la difícil decisión de divorciarnos".
A pesar de los rumores de distanciamiento entre la pareja, los actores no han tomado aún la decisión definitiva de poner fin a su matrimonio después de 10 años de casados y tres hijos en común: Violeta de 9 años, Serafina de 6, y Samuel de 3.
"[Jennifer] me contó que [Ben] no estaba comprometido en su matrimonio desde hacía muchos años", confesó una amiga de la expareja a la revista People. Además, "ambos han sido muy abiertos con sus problemas maritales", según una fuente conocida de la revista. Pero �los rumores que sonaron más durante los años que duró el matrimonio son que el protagonista de Pearl Harbor siempre estuvo señalado por su fama de mujeriego, jugador y bebedor.
Todo ello desembocó en la decisión del matrimonio de vivir por separado, según publica People, y a que la intérprete de Directo al corazón dijera que "ya basta". Con respecto a esto, la misma amiga asegura que Jennifer "nunca habría tirado la toalla si no existiera una buena razón".
Una semana después de anunciar el divorcio, según el diario US Weekly, tanto Jennifer como el nuevo director de Batman se encuentran en Estados Unidos pero viviendo "en diferentes estados" e intentando llevar una vida normal por separado.