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La emotiva boda de Laura Pons y Francisco Gordillo Jara

Carmen Jara reveló de primera mano todos los detalles de la boda de Francisco Gordillo, su sobrino, y la diseñadora Laura Pons.

Laura Pons y Francisco Gordillo | Instagram

La crónica rosa de Es la mañana de Federico ha contado con la presencia de Carmen Jara, Rosa Belmonte y Daniel Carande, y ha versado sobre los más variados temas de la actualidad rosa. Entre ellas, la boda de Laura Pons y Francisco Gordillo Jara, sobrino de la propia Carmen Jara, que explicó para esRadio y de primera mano todos los detalles del enlace.

La diseñadora Laura Pons, explicó la cantante en Es la mañana de Federico, "ya es de la familia Jara". La boda, explicó, fue de una "belleza total", donde todo estuvo cuidado al detalle. "En el pasillo desde la entrada hasta el final no se veían los asientos, todo eran flores blancas". Y en el convite ocurrió lo mismo: "Fue en una finca preciosa", adornada con toda clase de luces "al estilo mallorquín" y una excelente vajilla.

La boda contó con asistentes tan destacados del mundo de la moda y el famoseo como Fiona Ferrer, Amelia Bono y su marido Rafael Martos (hijo de Raphael, que no estuvo presente por motivos laborales) así como su madre, Natalia Figueroa, y por supuesto la familia de ambos novios. "Incluso la prima de Carolina de Mónaco, son grandes amigos".

"La familia de Laura es maravillosa, y maravillosa fue la organización y el emplazamiento elegido, en el que no faltaron ni siquiera bailarines". "Laura llevaba un vestido de Albarno, tapado como le gustaba a ella", describió Carmen Jara, que reveló también una divertida anécdota, con el novio leyendo 'que viva España' entre aplausos.

"La boda terminó a las 6 de la mañana", al menos para los asistentes más jóvenes. "Natalia lloró en uno de los momentos mas bonitos, cuando empezó el baile porque se pusieron a cantar a Raphael. Aquello fue precioso y Natalia (Figueroa) se emocionó muchísimo".

Y otro momento, igualmente emotivo, cuando "Fran y Laura llamaron a la familia estrictamente y nos llevaron a una capillita que estaba al lado. Ahí Laura leyó una cosa dedicada a los abuelos que ya no están, a la familia, algo poco habitual en una boda y que fue un momento precioso".

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