La hija de la duquesa de Alba, Eugenia Martínez de Irujo, vuelve a sonreír después de la muerte de su madre. "Poco a poco voy recuperando la sonrisa", así lo expresó.
Eugenia acudió ésta el miércoles al hospital Gregorio Marañón de Madrid con el fin de apoyar a los niños allí hospitalizados en el denominado "El día del niño hospitalizado".
La duquesa de Montoro lleva colaborando con la Fundación Pequeño Deseo desde hace 8 años. "Es una labor que me gusta mucho, los niños son una maravilla", comentó.
Al hablar con ella, se aprecia que está más animada. "Ha sido muy duro, y la verdad es que no tengo ganas de hablar del tema, ni tengo intención alguna de entrar en temas familiares de mis hermanos, ni tampoco de la herencia".
La pequeña de Los Alba está mucho más delgada, y al comentárselo, me respondió que se lo tomaba como un piropo, porque ella se ve así mucho mejor, y está encantada.
Antes de irse, si accedió a que le preguntara por su hija Tana, y su respuesta fue muy clara. "Está muy bien, guapísima, y todas estos temas benéficos a los que me dedico también se los inculco a ella, y le hago ver que es una privilegiada". Así se despidió, dando eso sí las gracias por no insistir más en sus temas de índole personal.
