Desde que saltase el escándalo Nóos, y lejos de mantener un perfil bajo, Iñaki Urdangarín se ha prodigado en vacaciones costosas y otros excesos. El último de ellos, sin ir más lejos, tuvo lugar esta misma Semana Santa en la Toscana, con toda la familia al completo almorzando en un prestigioso restaurante en compañía de escoltas.
Ahora, LOC anuncia que el duque de Palma está planteando sus días de verano, y pese a la costosa fianza civil y otras complicaciones como la difícil venta del palacete de Pedralbes, como era de esperar en él no serán unas sobrias vacaciones en casa.
El plan del duque es, esta vez, de lo más deportivo. Urdangarín planea recorrer los montes Dolomitas en Italia en bicicleta y en compañía de un grupo de amigos, algunos de los cuales votaron en contra de la presencia del imputado en el grupo. La identidad de sus acompañante es, de momento, una incógnita, aunque probablemente ninguno de ellos forme parte de la lista habitual de cercanos del duque, dado su cada vez más reducido número de amistades.
En el horizonte está la duda de que los duques puedan volver a España para, entre otras cosas, poder preparar mejor sus defensas ante la proximidad del juicio. No obstante, la pareja y sus hijos parecen haberse acomodado lo bastante bien en Ginebra, donde gozan de un razonable nivel de privacidad.