Paloma Cuevas, como se suele decir, no levanta cabeza. La muerte de su hermano Nano (así es como le llamaban en la familia de manera cariñosa) la ha sumido en una profunda tristeza. Así lo ha manifestado su marido Enrique Ponce.
Tanto su esposa como los padres de ésta lo están pasando realmente mal, según el torero, que mantiene una excelente relación con su familia política. Está muy pendiente de todos, y siempre que tiene ocasión se lleva a su suegro, Victoriano Valencia, al campo a algún tentadero, para que se distraiga.
La muerte de su cuñado el pasado diciembre, dos días antes de Nochebuena, a los 41 años y de manera repentina, ha dejado sesgada a toda la familia. Desde entonces a su hermana Paloma no ha aparecido en ningún acto público, y de hecho fue la gran ausente en la fiesta flamenca que organizó en Madrid el diseñador Valentino, con motivo de su cumpleaños. En aquella ocasión Enrique acudió solo, una circunstancia nada habitual, ya que Paloma y Ponce siempre van juntos a todas partes. De sobra es sabido que son una pareja muy unida y su solidez es indiscutible.
Después de mas más de una década de matrimonio, lograron tener a su primera hija, Paloma, y cuatro años más tarde llegó Bianca.
Ahora Enrique celebra sus 25 años en los ruedos, y su último triunfo lo consiguió hace unos días en la plaza de toros de Castellón, donde logró salir por la Puerta Grande.