Cumple Fernando Esteso, uno de los más populares cómicos españoles, setenta años el próximo lunes, 16 de febrero. Con una biografía densa en éxitos en el cine y en su vida personal, dramáticamente interrumpida cuando atravesó una dura crisis. Había ganado millones, tenía un sólido patrimonio, una lujosa residencia a las afueras de Madrid… pero tuvo que malvenderla, perdió gran parte de sus ahorros y lo que fue más dramático: la separación de su esposa y la muerte de ésta. ¿Qué le ocurrió?
En la segunda mitad de los años 80 Fernando Esteso era junto a su compañero Andrés Pajares, con quien formó pareja en varias películas, el actor más taquillero del cine español. Baste contar la siguiente anécdota: en 1979 se estrenó la película protagonizada por ambos, Los bingueros, que se colocó como la más vista ese año en nuestras pantallas, por delante incluso de La guerra de las galaxias. Otras cintas en las que intervino también, Los energéticos, Yo hice a Roque III, Los chulos, Los liantes, todas ellas dirigidas por Mariano Ozores, tuvieron también excelentes recaudaciones. Un cine sainetesco que producía las carcajadas de un público sencillo. Cada uno de sus protagonistas percibía quinientas mil pesetas por película, caché que doblaron a la vista del indudable negocio que proporcionaban a la productora. Añádase a ello las galas que hacía Fernando Esteso todos los veranos, sus actuaciones en televisión, sus discos, todo ello durante más de un decenio para concluir que gozaba de una envidiable posición económica.
Pero, poco a poco, ya en la segunda mitad de los mencionados años 80, el cómico fue cayendo en un negro pozo que le pasó factura. Adicciones que alteraron su carácter y fueron minando su personalidad, y en consecuencia su trabajo. No estoy contando nada que entonces no se supiera en los medios artísticos y periodísticos. Pero es que su representante durante muchos años, con quien yo hablaba de vez en cuando, me confirmó cuanto acabo de recordar.
Harto de reconvenirle casi paternalmente para que abandonara aquella mala vida, optó por dejar de ser su mánager. Y así transcurrieron unos cuantos años en los que el artista ya no era el mismo de sus buenos tiempos, la década de 70 y primeros 80, cuando divertía con sus scketchs, sus formidables imitaciones de cantantes haciendo alarde de su magnífica voz, de aquella vis cómica que traslucía en sus desternillantes piezas: El bellotero, La Ramona… Me lo encontré alguna vez en un estado francamente patético. Ya en el otoño de 1992 parecía haber recuperado el norte y fui a entrevistarlo a un pueblo aragonés, donde pude confirmar mis sospechas. Di entonces la exclusiva de su separación matrimonial. Tenía entonces cuarenta y siete años y me confesó: "He tenido problemas económicos. Ahí empezó todo…" Pero no eran sólo esos problemas los que determinaron la ruptura con su esposa, María José Egea, sino lo que les apuntaba líneas más arriba.
Mediado el mes de diciembre de 2003 ella, víctima de un cáncer fulminante, falleció en Zaragoza. Meses atrás confesaba en las televisiones la situación en que se hallaba, agravada por falta de dinero y ponía a caldo a su ex. Poco antes de morir me contaron que pudo reunir a Fernando y a sus dos hijos, cuando ya sentía cercana la muerte y se despidió emocionada de ellos. Como es comprensible, el cómico vivió aquel reencuentro con infinito dolor. Las cenizas de quien había sido su esposa fueron arrojadas al río Ebro. Y el tiempo que siguió después fue muy duro para él. En años sucesivos vivió largas temporadas en la provincia de Barcelona, luego en Mazarrón (donde tuvo un restaurante con un socio, que fracasó), en Águilas… La sombra del gran cómico se iba difuminando aunque actuara por pueblos y pequeñas ciudades, ya alejado de los grandes escenarios de su época triunfal.
En época más cercana Fernando Esteso, olvidada esa triste etapa de su vida, ha vuelto a reencontrarse a sí mismo, a creer que todavía puede recuperar los aplausos, la popularidad perdida. Y así, su paso por la serie Lo que se avecina y, sobre todo, su aparición en la película Torrente 5: Operación Eurovegas, le han servido para afianzar su inmediato futuro. Santiago Segura ya le había proporcionado un cameo en su anterior trabajo, Torrente 4, que fue cuando le dijo: "No sabía que estabas tan bien". Por eso lo llamó el año pasado. Y Fernando Esteso, eso sí con unos kilos de más, ha vuelto a provocar las risas de los espectadores desempeñando el papel del marido de Mari Carmen, la ventrílocua.
Como la taquilla ha funcionado, nuestro buen amigo dice: "Espero que me llamen para Torrente 6. Entre tanto, sigue actuando, ahora en compañía de otro cómico, Félix el Gato. Y como Fernando Esteso es felizmente recordado por miles de admiradores, no es extraño que no hace mucho acudiera invitado como miembro del jurado de Miss Valencia, aprovechando sus organizadores que vive últimamente en la capital del Turia. Y no sólo es querido en esa tierra, sino en Extremadura, pues este viernes día 13 acudió a Mérida como pregonero del Carnaval Romano. En una palabra: hay Fernando Esteso para rato aunque, haciendo cuentas en vísperas de que apague las setenta velitas, lleva en los escenarios sesenta y siete años. Sí, no se extrañen, porque debutó con dos añitos y medio disfrazado de payaso en el circo de sus padres. Y con siete se sabía de memoria muchas romanzas de zarzuelas, que interpretaba con el brío de las gentes de su tierra mañica. Cuando canta una jota, vibra, se emociona. ¡Felicidades, Fernando!