Penélope Cruz volvió a dejarse caer en Madrid para asistir a la última gala de los Goya. Lo hizo sin su marido, Javier Bardem, enfrascado en mil proyectos, y también sin sus dos hijos, que centran su atención siempre que no está rodando. Penélope acudió para apoyar a su amiga Goya Toledo, que estaba nominada como mejor actriz secundaria por Marsella, y también a Antonio Banderas, otro de los iconos del cine español y que en esta ocasión recibía el Goya de Honor.
Tal y como publica LOC, Penélope vive en una urbanización de San Agustín de Guadalix desde 2011, año de nacimiento de su primer hijo, Leo. Se trata de la casa de soltera que tenía la actriz antes de iniciar su carrera en Estados Unidos, sólo que convenientemente reformada. A los paparazzi se les hace muy complicado hacer guardia en ella, lo que contribuye al secretismo con el que lleva su vida privada. Sus hermanos Mónica y Eduardo son dos de sus vecinos más cercanos.
Desde hace cuatro años, con la llegada de Leo, para Penélope Cruz todo gira en torno a su familia. No frecuenta las fiestas de artistas y rehuye a la prensa siempre que es posible. Son sobradamente conocidas las malas maneras de Javier Bardem cada vez que coincide con los fotógrafos, así como las denuncias que han llevado a los juzgados a varios medios de comunicación españoles.
La pareja incluso selecciona sus proyectos según le permitan o no estar cerca de sus hijos, lo que sin duda les ha llevado a levantar el pie del acelerador en su carrera profesional en Hollywood. Sus próximos proyectos son Ma-ma, de Julio Medem, que rodó el verano pasado en España, y también las próximas películas de Fernando Trueba e Isabel Coixet, dos de los directores más reputados de la industria patria. No obstante, esta primavera se incorporará al rodaje de la secuela de Zoolander, una comedia de Ben Stiller donde compartirá cartel con lo más granado del humor estadounidense.
Mientras, Bardem continúa seleccionando con cuentagotas sus proyectos. Su próximo estreno es The Gunman, donde comparte protagonismo con Sean Penn, y que rodó el año pasado a caballo entre varias localizaciones. Ahora se dispone a filmar en Australia la nueva secuela de Piratas del Caribe, en la que volverá a hacer de villano. Pero el actor también organiza su agenda en función de la disponibilidad de su esposa y el cuidado de los pequeños.