La crónica rosa de Es la mañana de Federico ha contado con Beatriz Cortázar y Rosa Belmonte para analizar los temas de la reciente crónica social, centrada de nuevo en Belén Esteban y sus tácticas para dominar de manera incontestable en Gran Hermano VIP, el concurso que ahora mismo copa gran parte de la información en el mundo del corazón. Y estas informaciones incluyen el hacer trampas, tal y como ocurrió la pasada semana.
Belén Esteban desveló el procedimeinto de las votaciones a sus compañeros, algo que está prohibido por la organización del programa. Una trampa "burda", según dijo Cortázar en esRadio, que motivó que la organización penalizase -por primera vez en la historia del programa- la actitud de un concursante, aunque el castigo ideado para Belén fue más bien nimio.
Tal y como aseguró en esRadio Beatriz Cortázar, "la trampa de Belén es que a ella se le permite todo, hay una serie de normas cuando hablan con el super en el confesionario, y ella lo primero que hace es contarlo, pese a que no puede". Por lo que "todo el mundo estaba pendiente de la sanción", que acabó siendo de lo más ligera. "Cuando Belén escuchó la sanción no le he visto una sonrisa más grande, como si le hubiera tocado la lotería. Más bien era un premio que demuestra que a Belen todo se le permite".
La trampa de Belén deja al descubierto todos los trucos de la apodada princesa del pueblo, que no duda en poner por delante su diabetes para justificar su conducta, ya sea para decir que se tenía que retirar debido a su diabetes, o para justificar alguna que otra bronca. "Como a Olvido (Hormigos), a quien le montó un número cuando en una discusión le dijo que le iba a subir el azucar...". El resultado: que Olvido casi resultó expulsada por hablar de la enfermedad de Esteban en esos términos, pese a que luego "ella se lo inventa para hacer trampas".
A Belén, en definitiva, "se le permite todo y se le tolera todo". Y un vaticinio de lo que podría ocurrir cuando acabe Gran Hermano VIP: "Cuando salga, a ver si se da cuenta de la realidad y cómo reacciona".
Porque para Cortázar, podríamos estar ante el principio del hundimiento del Titanic, del gran fenómeno que es Belén Esteban, ahora en la cúspide de su popularidad (y abusando de ella). Y es que, según la periodista, "bien es cierto que Belén ha resurgido en otras ocasiones, pero no era el fenómeno Belén, que es ahora tremendo".