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El embrollo de la hija secreta de Sara Montiel

Dicen que el padre era el asesino de Trotsky… que estaba en la cárcel.

Dicen que el padre era el asesino de Trotsky… que estaba en la cárcel.
Sara Montiel | Archivo

En el más puro estilo de los culebrones, la revista Lecturas publica esta semana un segundo capítulo sobre la supuesta hija secreta que Sara Montiel tuvo en México. Siguiendo las declaraciones de José de la Rosa, peluquero de la estrella manchega, nos enteramos que ella le confesó la identidad del padre de la criatura. En el primer relato, el señor De la Rosa decía que aquel era un magnate importante de la vida mexicana. Pero ahora se contradice, revelándonos que fue ni más ni menos que Ramón Mercader, asesino confeso del líder soviético Trotsky.

Ya les conté hace unos días que Sara Montiel se había radicado en México a partir de 1950 y allí permaneció seis años, hasta que, después de rodar El último cuplé en 1957 en Barcelona volvió a tierras aztecas para afincarse poco después en Los Ángeles, Estados Unidos. Asimismo les puse al corriente de que en México se había enamorado de un comunista español allí exiliado, de nombre Juan Plaza. Y que acompañándolo, fue a la cárcel a ver al citado Ramón Mercader.

Pues, bien: sépase que este personaje, comunista, espía al servicio de la inteligencia rusa, recibió el encargo de Stalin de acabar con la vida de León Trotsky, estrecho colaborador de Lenin, que había tenido que huir por piernas de la Unión Soviética refugiándose en México en 1937. Allí lo localizó el barcelonés Ramón Mercader, lo visitó en su refugio de Coyoacán y consiguió establecer ciertos lazos de amistad, hasta aquel día señalado para ejecutarlo, 20 de agosto de 1940. Lo hizo descargando un violento golpe sobre la nuca del ruso con un piolet. Trotsky se resistió en lucha contra su agresor y, a pesar de la abundante sangre que manaba y de la profundidad de la herida, logró mantenerse con vida doce horas, muriendo al día siguiente. La policía mexicana no tuvo dificultad alguna en detener al asesino, que fue juzgado y condenado a veinte años de prisión. En esa aventura, había dispuesto de documentación falsa a nombre de Jacques Mornard. Salió excarcelado exactamente el 6 de mayo de 1960, abandonando México para instalarse en Moscú, donde fue nombrado Héroe de la Unión Soviética y recibiendo además la nacionalidad rusa. El resto de su vida lo pasó entre la capital moscovita y La Habana, falleciendo en Cuba el 18 de octubre de 1978, siendo enterrado en Moscú.

La pregunta que nos hacemos, es la siguiente: ¿Cómo pudo relacionarse Sara Montiel con Ramón Mercader si éste se encontraba en la cárcel y además fuertemente vigilado? En aquellas visitas en unión de Juan Plaza, su amante, como ella misma contó en sus memorias ¿pudo haber tenido un vis a vis con el asesino de Trotsky y así haber engendrado a su supuesta hija? ¿Burlaba entonces la compañía de Juan Plaza, que parece ser no la dejaba ni a sol ni a sombra de lo alocado que estaba por ella, para refocilarse con Mercader?

Añádanle a ese embrollo la particularidad que ya contó el peluquero de Sara Montiel de que su niña mexicana se la robaron en el hospital, a poco de nacer, y tendremos un elemento más del culebrón. Lo único cierto es que a la estrella de Campo de Criptana le extirparon el útero en un hospital mexicano. Lo demás, francamente y con los respetos que me merece la revista que ha publicado esta historieta del peluquero, tiene ingredientes más novelescos que reales.

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