Este próximo 31 de enero Luis del Olmo cumple setenta y ocho años. De ellos, más de medio siglo vivido día a día ante un micrófono. Una verdadera institución en la radio española; un maestro. Pero triste desde que hace un año se jubilara, por mucho que públicamente diga que ahora hace muy feliz a su mujer, la encantadora Merche, dedicándole todas las horas del día; o viajando por España, allá donde lo llaman para dar pregones o conferencias. No es lo mismo. Quien siempre ha estado desde temprana hora de las mañanas encerrado en un estudio, viviendo la actualidad minuto a minuto, no supera así como así quedarse sin ese altavoz. En sus dos comparecencias televisivas en este mes de enero que acaba me ha parecido leer en el rostro del querido locutor un rictus de tristeza, aunque él, por lo común, no haya sido nunca un profesional de la sonrisa. Pero, si usted, amable lector, dedicara más de cincuenta años de su vida a una profesión vocacional con el mayor ahínco, estuviera muy considerado, ganara muchísimo dinero y en vísperas de alcanzar la jubilación le birlaran el setenta y cinco por ciento, aproximadamente, de sus ahorros, ¿cómo reaccionaría? No se trata de uno de esos casos de las llamadas Preferentes bancarias, que conste. Es algo más vulgar, miserable. El administrador de Luis del Olmo lo estafó en una cantidad importantísima, estimada en ¡cinco millones de euros!
Tenía el leonés de Ponferrada plena confianza en quien había depositado la vigilancia y administración de sus bienes, que responde al nombre de Rogelio Rengel Mercadé. Lo creía amigo de verdad. ¡Tenía hasta las llaves de la casa de Luis…! Pues, bien, de la noche a la mañana, éste recibió la infausta noticia de que había sido estafado vilmente. Y para más inri, quienes informaron a Luis del Olmo del desfalco fueron la mujer y los hijos del tal Rogelio, quienes se desplazaron al domicilio del locutor, absolutamente contritos.
Comentaría Luis del Olmo lo siguiente: "Soy el profesional de la radio española que probablemente haya ganado más dinero en los últimos treinta años. Y cuanto se ha llevado este canalla, a quien yo había otorgado mi total confianza, corresponde a las tres cuartas partes de mis ahorros, que yo había destinado para pagar los estudios de mis nietos en el extranjero. Me ha robado lo que tanto trabajo me costó en infinidad de madrugadas, mañanas y tardes de trabajo en la radio".
En efecto: Luis del Olmo fue siempre la voz madrugadora de Protagonistas, programa puntero y veterano de la radio española. Doce mil fueron los programas que mantuvo desde aquel lejano 1 de julio de 1973 hasta que en 2013 se despidió de sus oyentes. Casado con Mercedes González, padre de tres hijos, ha dedicado toda su vida a una pasión: la radio. Al punto de que buena parte de sus inversiones las dedicó a la adquisición de emisoras. En 1991 Onda Rambla, a partir de la cual logró ser propietario de trece emisoras en Cataluña. Como un símbolo, presumía de tener una valiosa colección de aparatos de radio de diferentes épocas.
Pero ¿cómo pudo ser estafado por su administrador? El mencionado Rogelio Rengel Mercadé había adquirido en 1979 la revista deportiva Don Balón, que se editaba en Barcelona. Era al parecer el susodicho un mitómano del fútbol, en concreto del Barça, que en calidad de dueño del citado semanario, se ufanaba de alternar con lo más florido del deporte catalán, organizando fiestas, haciendo regalos, parece que hasta invitando a viajes al mismísimo Maradona cuando jugaba en las huestes barcelonistas y sufragando entre otros cuantiosos gastos la entrega de la "Bota de Oro" al máximo goleador de la Liga europea de fútbol. El señor Rengel Mercadé presumía de su munificencia… cuando en realidad, el pagano era –ajeno por completo a ese embrollo- nada menos que su jefe, Luis del Olmo.
¿Cómo sucedía aquello? La revista Don Balón apenas llegaba a los diez mil ejemplares de venta. Sus pérdidas, ante la mala gestión de su manirroto propietario, llevaban a la empresa a la quiebra. Después de treinta y seis años dejaría de editarse. Sirviéndose de que administraba las cuentas de Luis, quien insistimos nada tenía que ver con dicha publicación deportiva, "metió mano en la caja" del confiado locutor para hacer frente a sus constantes desmanes financieros. Tal vez pensó que podría remontar el asunto, como hacen los perdedores en los salones de juego. Lo cierto es que durante cinco años ¡cinco! estuvo falseando las cuentas de la revista y de Producciones Lumer, esta última sociedad de Luis del Olmo. La pregunta que nos hacemos es cómo éste, durante ese quinquenio, no revisó los balances de esa sociedad. Y cuando se percató de ello, tras saberlo de boca de la propia familia del estafador, ya era tarde. Rogelio Rengel Mercadé, que tiene setenta y tres años, fue detenido hace dos. Hasta engañó a los suyos. Su esposa lo había echado previamente de casa. El decepcionado Luis, cuando ya su administrador penaba su estafa, terminó admitiendo que ya no vería un euro de los cinco millones que se había gastado quien creía el fiel celador de sus cuentas bancarias.
Así es que, cuando vemos a Luis del Olmo asomado a algunos de los programas de televisión como invitado de lujo o escuchamos su voz a través de la radio, sabiéndolo ya jubilado desde hace un año, no podemos olvidar esa inesperada puñalada después de toda una vida dedicada a la radio de sus mejores sueños.