El propio Ortega Cano ha sido quien ha dicho que entra dentro de sus planes futuros casarse con Ana María Aldón, la mujer con la que comparte su vida, y a la que conoció en febrero del 2012 al coincidir en la boda de una sobrina de José.
A pesar del new look, nada acertado, al diestro se le ve con buen aspecto, y está feliz disfrutando junto a su familia y amigos de éstos primeros días de permiso. En un primer momento pensaron quedarse en Zaragoza, pero finalmente hubo un cambio de planes y la pareja, junto con el pequeño Jose María, se trasladó a Madrid, en concreto a Fuente del Fresno, donde Ortega tiene su residencia.
José, como él mismo ha declarado, tiene pensado pasar por la vicaría, una vez fuera de prisión y cuando haya cumplido la condena de dos años y medio que los jueces dictaminaron por el accidente de tráfico que le costó la vida a Carlos Parra. Su viuda, Manuela Gurruchaga, ha preferido no hacer ningún tipo de declaración por la puesta en libertad del torero, pero lo que sí desea es que pida perdón y reconozca su culpa.
Por su parte José siempre ha dicho que siente lo ocurrido, aunque tanto él como sus abogados, hicieron lo imposible para que el torero no entrara en prisión. Y así es como está la situación actual.
Lo que sí es cierto, y no lo puede disimular, es la alegría que le produce el ver a su hijo José Fernando mucho más recuperado. Según el padre, está ya perfectamente, aunque todavía tiene que continuar durante un tiempo con el tratamiento y la terapia que está recibiendo en la clínica López Ibor de Madrid.
Ni él ni su hermana Gloria Camila han hecho declaraciones una vez que su padre ha abandonado el centro penitenciario. Tan solo han esbozado alguna sonrisa cuando han sido preguntados por los reporteros que permanecen apostados en la puerta de su casa.
El próximo lunes a las 11 de la mañana es el límite para regresar al penal de Zuera, donde a partir de ahora ya podrá disfrutar de próximos permisos y así solamente tener que regresar a dormir.