El pasado 25 de noviembre, Patricia Conde y su exmarido, Carlos Seguí, tenían el juicio, en el Juzgado de Instrucción número 1 de Alcobendas, por la querella que puso el mallorquín contra la presentadora por "revelación de secretos por particular". No obstante, aunque se sabía desde hacía dos meses el día, la presentadora no acudió, alegando motivos laborales.
El problema es que esa misma mañana la presentadora de Killer Karaoke comentó a través de Twitter que estaba repasando lo que había escrito para su blog y en Instagram afirmó que estaba "de vacaciones desde hacía una semana y hasta nueva orden", desvelando así que podía haber ido a los Juzgados de Alcobendas pero que no fue porque no quiso. Este gran error puede acarrearle serios problemas judiciales, de hecho, entre 12 y 24 meses de cárcel.
"¿Y qué se hace en vacaciones? ¿Irse de fiesta desenfrenada a Cuba, México o Miami? ¡Error! Las mamás hacemos limpieza de armarios. Desde el 13 de noviembre estamos de vacaciones. Ya hemos grabado los 10 programas de Killer Karaoke, pero en un mes estamos grabando más. Voy a seguir con las tareas del hogar y disfrutar de los 30 días libres", publicó en su cuenta de Instagram.
La tensión entre Patricia y Carlos no para de aumentar. El pasado mes de marzo Conde anunció la separación "amistosa" del empresario, pero poco después el mallorquín concedió una entrevista en la que desvelaba que todo lo que había dicho su ex era mentira. Desde entonces mantienen una guerra por la custodia de Lucas, el hijo que tienen en común.