Hace ya más de dos años que Corinna zu Sayn-Wittgenstein no viaja a España y, a pesar de reconocer que "es una gran amiga del rey Juan Carlos", actualmente su relación con el anterior rey de España es muy distante. La revista Love habla sobre su nueva vida en Mónaco, alejada de España y sobre el rumor que surgió a raíz de la entrevista en Vanity Fair, en la que se decía que la princesa estaba pensando comprarse una casa en Somosaguas, a diez kilómetros de La Zarzuela, con 3.000 kilómetros de terreno. Gracias a ese reportaje desmintió lo de la casa y se supo que la princesa jamás volvería a Madrid.
Actualmente continúa con sus habituales y lujosas fiestas sociales con importantes personalidades, reyes, jeques árabes y aristócratas de todo el mundo. Gracias a su agenda y a sus buenas relaciones es la persona de confianza de los príncipes de Mónaco y se mueve por todo el hemisferio norte. Comenzó a trabajar para Alberto en 2013, algo que fue fácil, ya que la relación con la familia Grimaldi se remonta a años atrás. A lo que se dedica es a aconsejar en cuestión de imagen e intermediar al más alto nivel.
Aunque los príncipes de Mónaco sí que realizan viajes oficiales como Jefes de Estado, no tienen los contactos que ha conseguido Corinna durante todos estos años, sobre todo a raíz de su amistad con Juan Carlos.
Como recuerda el magacín, la princesa fue noticia esta verano porque estuvo a punto de coincidir con Felipe VI y Letizia Ortiz en Nueva York, en un momento que habría sido histórico. Por lo visto, tanto Corinna como los reyes de España se alojaron en el mismo hotel de Manhattan, pero no llegaron a cruzarse. Ella acompañó a la princesa Charlene a los premios de la fundación que preside Bill Clinton en el Sheraton de Times Square y los reyes tenían una visita en Naciones Unidas y una reunión con el presidente Obama.