Las escritoras Concha Calleja y Carmen Güell debatieron en Es la mañana del Fin de Semana, en esRadio, sobre las similitudes entre la actual duquesa de Alba y la que inspiró los cuadros de Goya, Maria del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, XIII duquesa de Alba fallecida en 1802. En conversación con las autoras, se desgranaron algunas anécdotas y recuerdos de ambas duquesas que sirven para dar una panorámica de lo que supone la vida en palacio.
El de Alba, al fin y al cabo, es uno de los linajes más antiguos del mundo. La XIII duquesa es por ello depositaria de multitud de historias y anécdotas, narradas muchas de ellas en los volúmenes Cayetana, Duquesa de Alba, de Concha Calleja (Café de la Rosa Ediciones) y La duquesa de Alba, de Carmen Güell (seis ediciones).
Carmen Güell recordó una travesura que acabó convirtiéndose en un recuerdo trágico y recurrente para Cayetana. "De pequeña la alejaron de su madre, Maria Rosario de Silva y Guturbay, enferma de tuberculosis, y a la que aislaron en una parte de palacio. Una de las veces Cayetana, bastante traviesa, se escapó y abrió la puerta, y la madre estaba terminal, y en ese momento con un ataque de tos. Cuando vio a su hija se asustó y al estar sola, cogió las zapatillas y se las tiró". Siendo una niña y sin saber qué estaba ocurriendo, tal y como se contó en Es la mañana del fin de semana, Cayetana lo recordó siempre.
Otros recuerdos de infancia de Cayetana envuelven a Jacobo de Alba, su padre ya viudo. Huyendo de la Guerra Civil, estuvieron viviendo en Londres un tiempo, donde la duquesa se impregnó de la cultura y los museos de la época, algo que ayudaría a su posterior labor de mecenazgo artístico. "El padre de Cayetana tenía claro que la cultura había que vivirla, e igual que todos los domingos iban al Prado pese a ser una niña muy pequeña, en Londres hicieron los mismo. Y en todos los viajes. Ella recordó mucho el que hicieron a Egipto, con el padre haciendo de guía porque tenía suficiente instrucción para enseñar a su hija. Esas cosas le han servido muchísimo en la vida".
Infancias dramáticas
La vida de la décimotercera duquesa fue dramática, fundamentalmente por su escasa suerte en el amor y porque no tuvo descendencia. Ello signigica, tal y como se dijo en la entrevista con Elia Rodríguez, que los títulos del ducado no pasaron por línea directa, sino a parientes lejanos. Algo que fue "el drama de la vida" de la XIII duquesa, dijo Carmen Güell. La muerte de Maria del Pilar también tiene mucho de enigma. ¿Muerte o suicidio? Se trata de un tema que todavía se menciona. Y es que la vida de la XIII duquesa distó mucho de ser un cuento de hadas palaciego.
Amores fraternales, debilidad por hombres poco apropiados... Maria del Pilar "se pasó la vida esperando el gran amor, y se sintió siempre traicionada por los hombres. El amor no llegó y en ese aspecto fue muy desgraciada", dijo Güell.
Uno de los puntos aparte de su vida, sin embargo, fue si fue o no uno de los amores del pintor Francisco de Goya, que según la leyenda la pintó en los retratos de La maja vestida y desnuda. Según se aclaró en esRadio, no es ella sino la esposa de Manuel Godoy... o en todo caso, trazos que hizo Goya "con las distintas mujeres que había conocido". La tesis de la autora, sin embargo, es que la duquesa no estuvo enamorada de Goya, sino en todo caso al revés.
El reproche de Cayetana
La autora Concha Calleja apunta un tema que une a ambas duquesas, Maria del Pilar y Maria del Rosario, o Cayetana. La XVIII "adoraba" a su antepasada, pero le ponía una "gran pega con enfado", que fue el lapidar el patrimonio de la Casa de Alba de una manera que posteriores generaciones seguían sufriendo. "Uno de los problemas grandes problemas de la Casa ha sido ese, y por eso fue fundamental para que los hijos vieran con buenos ojos el matrimonio con Alfonso Díez" que todo quedase atado y bien atado para preservar los bienes.
"Una casa ducal es importante, algo que el abuelo de Cayetana ya estuvo teniendo en cuenta para mantener la importancia del ducado. Pero ella, Maria del Pilar, dejó una parte a los criados, otra a una niña que adoptó, y otras ni se saben. El palacio que era de los Alba se perdió".