Ha coincidido en el tiempo la última entrega televisiva de American Horror Story, la pandilla de Chabelita Pantoja y el estreno de El fin de la comedia en el canal Comedy Central. El Freak show (traducido aquí como circo de engendros) comandado por Jessica Lange, el esperpento que ofrece la familia de Pantoja y la comedia de Ignatius Farray. Chabelita parece la hija no negra de Imitación a la vida, Sarah Jane, que tanto hace sufrir a su madre (Juanita Moore). Al final va al entierro lamentándose por todo, sin prestar atención a Mahalia Jackson, que es lo mejor del funeral. A las desavenencias familiares de los habitantes y exhabitantes de Cantora sólo les faltaba Sema, el amigo del colegio de Chabelita convertido en chevalier servant y, fundamentalmente, en famoso, esa lacra. El reportaje de QMD!, en pijama y albornoz, es digno de ver por muchas razones. En primer lugar porque es artificial, porque está preparado, lo que lo redime de cualquier ataque. Artur Mas no sale en pijama y su esperpento no es menor. Incluso resulta más cutre. En segundo lugar, porque un personaje así tiene que hablar y mostrarse tal como es para que el mamarrachismo tenga sentido. Dice que él y Chabelita se van a apuntar a una autoescuela. Y no sé cómo a alguien no se le ha ocurrido hacer un reality de eso.
Sema parece seguir los dictados de John Waters en ¿Cómo hacerse famoso? "Exagere sus peculiaridades… Si está gordo, atibórrese de pasteles… Lo esencial es tener mucho o poco de algo. De cualquier cosa". Que se le noten las rodajas con el albornoz puesto es una muestra de que exagera sus peculiaridades. Que se ponga esos pijamas a punto de explotar, otra. "Cámbiese el nombre y elimine su antiguo yo, que tan solo era un vulgar don nadie". Se llama José Manuel. Le llaman Sema porque un profesor del colegio le decía Semanuel. "Autopromociónese", continúa Waters. Le preguntan en QMD! a Sema que se defina con cuatro palabras. Ahí va: "Auténtico, único, diva y especial. No necesito que me echen flores, ya lo hago yo". Aunque lo mejor de la entrevista es esto: "Alberto Isla contó que un día jugando te dio con su pene en la cabeza, ¿eso es cierto?". "¡Para nada! Ya le gustaría a él darme…". ¿Pero esto qué es? Porque, claro, una se acuerda de Errol Flynn. Según Marilyn Monroe le contó a Truman Capote (y a saber si este se lo inventó), Flynn tocaba el piano con el pene encantado de conocerse. Recordaba la actriz haber ido a una de esas fiestas cuando era modelo. También recordaba que él tocó "Your are my Sunshine".
En tiempos tan siniestros para España, este tipo entre Falete y Juanito el Golosina (con la diferencia de ni Chabelita es Lola Flores ni él tiene habilidad alguna) puede sacar o una sonrisa o diez arrobas de indignación. Una vez visto el percal (el algodón del pijama) es mejor entregarse a Ignatius Farray, que en El fin de la comedia consigue que Louis C.K. parezca Lina Morgan. Este humorista, al que lo mismo confunden con Mocito Feliz que con el poeta Allen Ginsberg (dice él), es lo más refrescante que ha llegado a la televisión en mucho tiempo. Humor bruto. Feo. Nada de chistes. Sema no entendería nada.