Arantxa Sánchez Vicario atraviesa uno de los peores momentos de su vida. La extenista se encuentra atrapada en un largo proceso judicial que le ha llevado a tener embargados sus ingresos, tanto presentes como futuros, para saldar su deuda con el Banco de Luxemburgo. La historia se remonta a 2008, año en el que decidió casarse con Josep Santacana a pesar de la oposición de su familia. Ahí comenzó el calvario de los Sánchez Vicario que recoge esta semana Lecturas.
A ello se suma la situación familiar que ha provocado, sin duda dramática y estrechamente relacionada con las deudas. La relación entre Arantxa y sus padres, Emilio y Marisa, se rompió por completo en 2010, cuando la extenista decidió demandar a su padre y su exbogado por la mala gestión de su patrimonio. La deportista, en su propia autobiografía, acusó a sus progenitores de haber arruinado su vida, con una demanda que la audiencia de Barcelona admitió a trámite en 2013. Emilio Sánchez padre acabó imputado por ello, aunque ahora haya sido apartado de la causa por el avanzado estado de su alzheimer.
Además, durante todo este tiempo Arantxa había acarreado una deuda de 5,2 millones de euros con Hacienda por el impago de impuestos durante los años 1989 y 1993. Ante todos estos problemas económicos y judiciales, ella intentó hacer frente a la deuda con Hacienda pidiendo un aval al banco Sadadell que iba a ser contraavalado por un dinero que tenía depositado en el Banco de Luxemburgo.
Pero lo que no sabía la tenista era que su padre había retirado todo el dinero de este banco para invertirlo en fondos de inversión fraudulentos, perdiendo todo el dinero y teniéndose que enfrentar al banco de Luxemburgo en 2011 por un importe de 7,5 millones de euros, 2,5 de ellos como intereses. A ello habría que sumar el millón y medio que debe a Hacienda.
Ahora, la Justicia persigue a Arantxa por una deuda millonaria. Ella ha puesto en venta sus propiedades, incluyendo su chalet en Barcleona y la casa de lujo en Formentera. Ambas han sido vendidas. No obstante, la tenista no ha empleado ese dinero en saldar sus deudas con el Banco de Luxemburgo, razón por la cual se le han embargado los ingresos.