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Un millón de discos vendidos

Andy y Lucas, ídolos de las jovencitas

Antes de estrenar sus canciones las dan a conocer a sus amigos. Llevan once años

Antes de estrenar sus canciones las dan a conocer a sus amigos. Llevan once años
Andy y Lucas | Cordon Press

Es difícil precisar quiénes son hoy en día los ídolos de la canción de nuestros adolescentes y jovencitos. Porque aquellos son muchos, dada la oferta existente, vía Internet. Pero los gaditanos Andy y Lucas pueden sentirse afortunados al haber cumplido el pasado mes de mayo once años de vida profesional, con el respaldo naturalmente de su legión de seguidores; no sólo de España sino de algunos países hispanoamericanos. Y un balance que, condensado en estas cifras los convierten indudablemente en un dúo destacado en la historia del pop nacional. Han vendido un millón de copias, obtenido once discos de platino que corresponden a esas ventas y se acercan a un millar de actuaciones.

Para celebrar esos años que llevan en activo decidieron seleccionar sus canciones más celebradas, grabándolas de nuevo, actualizándolas a su modo y manera aunque sin modificar la esencia de su estilo. Es decir: baladas sencillas, nada complicadas en su texto, buscando estribillos pegadizos –que no es siempre fácil- y unos mensajes directos para un rápido entendimiento de sus fans. Adolescentes en su mayoría, chicas que estrenan su primera juventud. Si en los 80 existió el fenómeno de Los Pecos, y sin que entremos en comparaciones, Andy y Lucas vienen a ser sus sucesores a estas alturas del siglo XXI, sobre todo respecto a sus inicios.

A su disco recopilatorio de éxitos lo han titulado Más de 10, en clara alusión a la fecha en que debutaron, primavera de 2003. Se recogen esas piezas que siempre corean sus seguidoras, pues es evidente que su clientela es preferentemente femenina. No podría faltar "Son de amores", que es una especie de himno para su parroquia, y que ahora recordarán tantos jóvenes de hoy, adolescentes ayer cuando sonó por vez primera. Con la circunstancia de que han introducido dos versiones, una, la conocida de los dos, y la nueva con la colaboración de otro ídolo juvenil, Carlos Baute. Y están asimismo incluidas estas otras piezas, imprescindibles en el repertorio del dúo: "Tanto la quería", "Y en tu ventana", "Tus miradas"… Amén de tres inéditas: "Silencio", "Besos" y "Si unas palabras bastan". En total, quince temas (o si se quiere catorce, pues queda dicho que "Son de amores", lo repiten).

Las voces de estos muchachos treintañeros, cosecha 1982, son agradables y dada su nacencia andaluza tienen un punto de acento aflamencado, ligero desde luego. En el caso de los dúos suele repartirse el cometido, si son compositores. Andy (Andrés Morales) suele ocuparse más de la música, que responde como decíamos a la balada, a unos toques de guitarra como fondo además de la percusión, de un aire suave, tranquilo, al menos juzgando sus grabaciones; que en directo, sonarán de otro modo, con un poco más de "marcha". En cuanto a las letras, a veces son de los dos, o de uno u otro, prevaleciendo las que firma Lucas (apellidado González).

Suele suceder siempre en los dúos cuando no hay diferencia de edad entre sus componentes o rasgos físicos determinantes, que nos preguntemos quién es quién. Naturalmente que sus admiradoras estarán al cabo de la calle. Por sus rasgos más diferenciados, Andy es el más delgado. Y el tímido (o así lo parece o "se lo hace"). Por el contrario, Lucas da siempre la impresión de ser extravertido, ocurrente. Se llevan bien, que es algo imprescindible si se quiere estar mucho tiempo en este negocio del espectáculo. ¡Cuántos conjuntos se han ido al garete porque las relaciones de sus componentes se hacen insoportables! Ambos tienen buen carácter, chispa y gracia gaditana. Se criaron en el mismo barrio de la Tacita de Plata; fueron al mismo colegio. No estaba en sus planes, cuando alcanzaron la mayoría de edad, dedicarse profesionalmente a la música. Cantaban para los amigos, en fiestas familiares… Pero no dejaron sus estudios para ser administrativos, oficinistas que se decía.

Mas resulta que sus incursiones, guitarra en mano, por los bares de su ciudad, llegaron a oídos de Jesús Quintero, quien los llevó a unos de sus programas de Canal Sur. Y ellos a su vez, en agradecimiento, le dedicaron su canción "Ratoncitos coloraos", alusiva al título, sin diminutivo, del espacio del popular comunicador onubense. Entonces fue cuando Andy y Lucas se plantearon ser artistas profesionales. Y hasta hoy, felices de la decisión tomada. Dos jóvenes simpáticos, sencillos, que aparentan por cierto menos edad de la que tienen, que continúan viviendo en su ciudad, frecuentando los lugares de siempre, los mismos amigos, vecinos, a los que suelen darles a conocer sus canciones antes de estrenarlas, para conocer sus puntos de vista, sus opiniones, asegurándose de que pueden luego gustar a su público habitual. Ganan su buen dinerito, aunque comentan que "los dos últimos veranos fueron chungos". En el presente, albergan mejores perspectivas a juzgar por las galas ya cumplidas… y las que les quedan.

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