La crónica rosa de Es la mañana de Federico ha puesto sobre la palestra la mayoría de temas del mundo del corazón. Rosa Belmonte y Carlos Pérez Gimeno han tratado la cada vez más que posible reconciliación de Tita Thyssen y su hijo Borja, que no sólo se han visto de nuevo en varias ocasiones, sino que están haciendo planes de vacaciones juntos.
Todo comenzó con un encuentro casual en una cafetería de Madrid. Fue el comienzo de un acercamiento muy demorado que nadie creía demasiado. Luego, la baronesa apareció testimonialmente en la exposición de cuadros de Blanca Cuesta, otro gesto que podría ser de cara a la galería, pero al fin y al cabo un tímido paso adelante de la siempre orgullosa Tita Thyssen.
Estos últimos días se vio a la baronesa en Marbella, y a las niñas mellizas de Tita celebrar la noche de San Juan en la playa. Pero antes, madre e hijo se habrían reunido varias veces en el despacho de Tita en el museo Thyssen. Y ahora Borja y Blanca veranean en "Alligator", la mansión en la Costa Brava de la baronesa, y por tanto, cedida personalmente. "Es agotador tener mansiones tan grandes", bromeó Federico Jiménez Losantos, a propósito de las largas vacaciones de la familia. Y es que ahora "van a embarcarse unos días en el barco de Tita a Ibiza, donde celebrarán el cumpleaños de Borja". Tal y como explicó Carlos Pérez Gimeno, esta vez Tita sí está invitada.
Uno de los factores que han dilatado más esta reconciliación, aparte de los meramente personales, es la cuestión de las colecciones de cuadros de la baronesa, que al final a este paso "acabará pagando España", apuntó el director de Es la mañana de Federico.
En todo caso, ahora mismo el acercamiento familiar es un hecho, con la familia de Borja pasando sus vacaciones en "Alligator", muy cercana a otra de las mansiones de Tita en la Costa Brava, "Más mañanas".