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Emma Suárez, tu nombre envenena mis sueños

Acaba de cumplir 50 años y está de gira teatral.

Acaba de cumplir 50 años y está de gira teatral.
Emma Suárez | Archivo

Este pasado miércoles, 25 de junio, Emma Suárez ha festejado una cifra redonda en su calendario: cincuenta años de vida. Lleva treinta y seis trabajando, preferentemente en el cine. Con su aire ingenuo, tímido, frágil pero asimismo sensual, conquista a la cámara. Destaca entre las actrices de su generación, con su virtud camaleónica para interpretar personajes bien diferentes.

Emma Suárez Bodelón es madrileña, del castizo barrio de la Cava Baja. Su madre era modelo de profesión y su padre, publicista. A la niña la contrataron para anunciar un ambientador: tenía sólo siete años. A los catorce la llevaron a un "cásting", donde fue elegida protagonista de Memorias de Leticia Valle, película basada en la novela homónima de Rosa Chacel. Recuerdo haber ido al rodaje, un día de 1978, en un viejo caserón conquense. La mirada de Emma, sugerente y aniñada, ya alumbraba su poderosa fotogenia y, por sorprendente, el arte de la seducción. Pero ella no había previsto ser actriz, pues quería estudiar Filosofía y Letras o Periodismo. El caso es que ya no paró de hacer películas, con el paréntesis de una temporada, al principio de su carrera, en la que fue modelo. "Ganaba mucho dinero pero no me gustaba posar". Lo hizo para pagarse unas clases de interpretación.

Entre los alrededor de cuarenta títulos que llenan su filmografía hay muchas secuencias amorosas en las que, inevitablemente, tuvo que rodar desnuda. Mas, en general, resueltas con naturalidad, sin caer en lo procaz, innecesario o gratuito. Se dijo que provocaba morbo entre la clientela masculina de sus películas; lo que ella no conseguía entender. "Es algo extraño que hay en la mente de los demás". El caso es que la primera vez que salió desnuda en la pequeña pantalla fue en El próximo verano. Contaba que al día siguiente de la emisión, viajando en el "Metro", advirtió que muchos la miraban. Pasó mucha vergüenza, pero con el tiempo, cuando tuvo que quitarse la ropa muchas más veces ante las cámaras, venció su pudor. "En nuestro trabajo aprendes a quitarte la timidez y si hay que rodar desnuda lo hago cuanto antes para no complicar la vida a los que están conmigo en ese momento".

Lo que no perdió nunca es su manía de morderse las uñas. Espigando en su interesante historial cinematográfico recordamos el personaje que interpretó en La Blanca Paloma, Rocío, camarera de un bar cutre del País Vasco, que tiene relaciones incestuosas con su padre, encarnado por Paco Rabal, al tiempo que se enamora de un proetarra, que interpretó Antonio Banderas, entonces ya muy apreciable galán que ni podía soñar lo que le esperaba en Hollywood. El tema del incesto volvió a aparecer en otra de sus películas, Contra el viento. Su pareja, de nuevo Banderas, en el papel de su hermano. Más filmes destacados de Emma Suárez: Vacas, La vía láctea, Orquesta Club Virginia, La ardilla roja… Con Miguel Bosé tuvo que rodar escenas muy eróticas, de cintura hacia abajo, en Enciende mi pasión. Tierra, la llevó de nuevo a trabajar a las órdenes de uno de sus realizadores preferidos, Julio Medem. Tu nombre envenena mis sueños estaba basada en una novela de Joaquín Leguina, y Emma era la chica de familia conservadora que estaba obsesionada por transgredir las normas de su entorno, apasionadamente loca de amor por un inspector de policía al final de la guerra civil.

Volvió allí a tener como compañero de reparto al excelente actor Carmelo Gómez, quien recordaba las tórridas escenas de amor: "Con Emma yo había hecho muchas secuencias de sexo, formales y frías, en la bañera, raca-raca, pero aquí no se trataba de fornicar sino que debía haber atracción, erotismo, deseo y amor. Hay que tener muy claro que todo es ficción y con Emma no me cuesta; sabe que se acaba cuando uno de marcha a casa". Otra destacada interpretación cinematográfica fue la de El perro del hortelano, adaptación de un clásico de Lope de Vega, que dirigió espléndidamente Pilar Miró, por la que ganó el Goya a la mejor actriz del año. Para resumir sus trabajos, recogemos la propia definición de la actriz: "Me han llamado por lo general para interpretar desde personajes ambiguos, dramáticos, conflictivos o atormentados". No es así ella en la vida real, por muy contradictorio que pudiera ser su carácter, según confesión propia.

Emma Suárez | Cordon Press

Emma Suárez es de las escasas actrices que se maquilla poco, o nada. Sobre todo, en la calle. No busca la popularidad, que soporta como consecuencia de los éxitos obtenidos. Sigue siendo algo tímida. Respecto a las posibles ventajas o no de ser conocida, recuerda una anécdota: "Me sacaron una navaja con la idea de atracarme y el tipo que me amenazaba dijo que mi cara le sonaba… que me había visto en la "tele", me pidió el nombre y se lo di, claro, y entonces me dijo que me fuera".

El dinero no le ha obsesionado nunca. Ha ganado cifras importantes, sin darle importancia, sabiendo que en su profesión hay tiempos de vacas flacas. "No hago las cosas para sacar provecho sino por puro placer". En el teatro ha realizado importantes interpretaciones: en Mérida, en el Centro Dramático Nacional (por ejemplo, "A Electra le sienta bien el luto") y últimamente se ha embarcado en la aventura de una magnífica compañía dirigida por José María Pou que ha repuesto Los hijos de Kennedy, en la que figuran Maribel Verdú y Ariadna Gil.

Respecto a su vida particular, siempre ha sido Emma Suárez mujer consecuente con sus ideas y sus costumbres; poco dada a fiestas, celosa de su intimidad, aunque se supiera que durante cinco años estuvo unida sentimentalmente al director de cine Juan Estelrich Jr, con quien tuvo un hijo, Juan. Luego de romperse la pareja, ella encontró el amor en la persona del músico Andy Chango, ambos padres de una niña, Ada María.

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