Ver a Alicia Koplowitz es tarea un tanto difícil, ya que la empresaria, aparte de ser una de las personas mas ricas de nuestro país, siempre ha intentado pasar lo mas desapercibida posible, haciendo gala de su discreción. El pasado sábado acudió junto con su novio, el también empresario portugués Miguel Pais do Amaral, a la boda de Luis Hinojosa Posch, miembro de los antiguos propietarios de los conocidos almacenes Cortefiel, con Verónica Chelala Riva. Para la ocasión, la aristócrata eligió un traje en tonos blancos y negros, y llevó el pelo recogido y adornado con un tocado con una redecilla muy ajustada a la cara, que fue todo un alarde de elegancia.
La marquesa de Bellavista y del Real Socorro, los dos títulos nobiliarios que ostenta, mantiene una casi clandestina relación con una de las personas más ricas e influyentes del país luso, un ingeniero que preside mas de 70 consejos de administración y que hace años fue accionista mayoritario de Media Capita, un gran holding de comunicación portugués, que en el año 2005 vendió sus acciones al Grupo Prisa.
El también aristócrata es poseedor del condado de Alferrade, y miembro de la Orden de Malta. Sus antepasados estuvieron emparentados con monarquías como la francesa, portuguesa y brasileña. Es dueño del palacio de Anadia, situado en la localidad de Mengualde, residencia considerada como una de las grandes joyas del barroco.
La pareja, siempre que puede, huye de la prensa del corazón, y Pais do Amaral cuando ha sido preguntado en alguna ocasión, tan solo se ha limitado a decir que no le gusta hablar de su vida privada, aunque se sabe que estuvo casado con María Da Luz Lagos do Amaral, hija de un conocido abogado. De aquel matrimonio nacieron dos hijas, Asunción y Carolina. El matrimonio, después de tres décadas de unión, decidió solicitar el divorcio.
A la boda también asistieron José María Aznar, que llegó acompañado por su esposa Ana Botella, varios miembros de la familia Fierro, el actual fiscal general del Estado Eduardo Torres Dulce y su mujer Lourdes Orduña, Isidoro Álvarez y su esposa María José, el empresario Celso García, así como el presidente del banco BBVA Francisco González. También el presidente de Iberia, Antonio Vázquez, que cantó durante el acto religioso que se celebró en la madrileña Iglesia de San Jerónimo el Real. Una vez terminada la ceremonia, los invitados se trasladaron a la urbanización La Moraleja, donde los padres del novio, tienen su residencia.
En el jardín de la misma se instaló una carpa, perfectamente decorada, con centros florales, donde se sirvió un cóctel y, a continuación, un almuerzo. Una vez llegados los postres hubo una gran sorpresa, que consistió en la repentina aparición de personajes como el Capitán Garfio, Peter Pan o Campanilla. Los allí presentes no daban crédito ante tal show, y la explicación a ese hecho tan peculiar fue muy sencilla. Luis Hinojosa a su ya esposa la llama como a la famosa hada, que salió despedida por los aires ante el estupor de los invitados.
No hay nada como tener imaginación. Felicidades a los recién casados.