Tamara asistió a la inauguración de la nueva tienda de Folli Follie, firma de la que es imagen, en pleno barrio de Salamanca de Madrid. Como era de esperar, derrochó simpatía durante la conversación que mantuvimos.
Al preguntarle acerca de la posibilidad de heredar el titulo del marquesado de Griñón, que en la actualidad lo ostenta su padre, Carlos Falcó, Tamara no quiso dar muchos detalles, tan solo comentó: "Si ese hecho ocurriese sería una herencia de mi padre", negándose a dar más explicaciones.
Ese hecho podría ocurrir, ya que sus dos hermanos mayores, nacidos del matrimonio de su padre con Jeanine Giraud, ya han heredado títulos. El mayor, Manuel, es el actual marqués de Castel Moncayo con Grandeza de España, y su hermana Sandra, es marquesa de Mirabel.
La hija de Isabel Preysler, haciendo un pequeño requiebro, prefirió cambiar de tema. Relató lo contenta que está en su nueva casa, "estoy feliz, además he descubierto que la cocina me encanta y el arroz con brócoli me sale genial. Aparte la Thermomix es comodísima". Además, añadió entre risas que "disfruto mucho haciendo alguna de las labores de la casa, pero tengo una señora que viene dos veces por semana a echarme una mano".
Desde hace mas de dos años su corazón está desocupado, aunque está segura de que esa situación cambiará porque reconoce que está abierta al amor. También confesó que en su vida había entrado alguien. Con el humor que la caracteriza, desveló que se trataba de su perro, un cachorro de raza Labrador, por el que siente un especial cariño.
Al hacer un repaso familiar, le pregunté por su hermana Ana y por su noviazgo con Fernando Verdasco y se limitó a comentar que continuaban juntos y que su relación con el tenista era buena, pero que a quien le tenía que gustar era a su hermana. De su madre solo dijo que estaba muy bien y que seguía volcada en la recuperación de Miguel Boyer, que seguía luchando por conseguirlo.