La afición al deporte José María Aznar es sobradamente conocida. Y ahora con la llegada del buen tiempo todavía más: el expresidente ha corrido todos los días de Semana Santa por la urbanización Guadalmina, en Marbella, donde tiene su refugio de descanso.
Este año Aznar y su esposa, la alcaldesa Ana Botella, han estrenado casa en esa urbanización, más amplia y cercana al mar que antes. Lo que ha obligado a él y sus escoltas a cambiar su ruta de running, cuya intensidad permanece intacta. Se trata de una de las costumbres más conocidas del expresidente, que con el tiempo se ha convertido en un deportista experto.
Con zapatillas, camiseta y pantalón corto, el expresidente del Gobierno salió a hacer footing a diario, costumbre que también conserva cuando reside en Madrid.
Esta semana, Aznar se desplazó hasta Madrid para ocupar su asiento en el palco del estadio Santiago Bernabéu, con motivo del partido entre Real Madrid y Bayern de Múnich, perteneciente a la ida de las semifinales de la Liga de Campeones.