La ruptura entre François Hollande y Valérie Trierweiler ha sido, sin lugar a dudas, una de las grandes tormentas del mundo del corazón y la política de los últimos meses. Tras ser pillado casi in fraganti con su amante, Julie Gayet, el presidente francés rompió con la periodista, cuyo relato de los hechos es ahora el más codiciado de toda Francia.
Ahora es un libro el que reabre la herida, todavía no cicatrizada. Le Président qui voulait vivre ses vies, que traducido sería El Presidente que quería vivir su vida, trata todo el escándalo y asegura, entre otras cosas, que la pareja podría experimentar un acercamiento progresivo. Según Elise Karlin, su autora, Trierweiler ha permitido a su hijo que se pasee por el Eliseo en su ausencia, el pasado febrero, un gesto que podría significar algo.
Pero aún hay más. El pasado mes de marzo, el propio Hollande se presentó con un ramo de flores en el apartamento que compartían en rue Cauchy, y llevó a Trierweiler a cenar a su restaurante favorito.
Una información reforzada por la televisión BFMTV, que aventura un posible acercamiento en añadidura a la publicación de las memorias. A todo se suma el evidente enfriamiento del romance entre Hollande y la actriz Julie Gayet, que inició todo el embrollo. Entre una cosa y otra, es posible que la pareja se diese otra oportunidad.
La pelota estaría en el tejado de Hollande, con Trierweiler esperando una disculpa pública del presidente como paso previo a reanudar la relación. Una información que contrasta con las imágenes mostradas por otras publicaciones, con la ex primera dama muy acaramelada con un millonario libanés.