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La peculiar mujer de Manuel Valls

Es una mujer independiente. Nunca ha querido ser "la mujer de". Por eso continúa con su apellido, algo poco habitual en Francia.

Manuel Valls y Anne Gravoin | Cordon Press

Manuel Valls ha conseguido ocupar cientos de titulares en las últimas semanas. Desde que fue nombrado primer ministro de Francia la prensa ha querido saber sobre su infancia, vida privada y su esposa Anne Gravoin. Juntos forman una de las parejas más envidiadas y de moda de Francia. Anne no tiene ningún problema en reconocer que "Manuel es el amor de su vida".

Gravoin, de 49 años, nació en Montauban, cerca de Toulousse. Es evidente el atractivo de la mujer de Valls, pero no tanta gente sabe que es culta, inteligente y con buen sentido del humor. Tiene una hija de 20 años, de su primer matrimonio, que se llama Juliette. Dos de sus pasiones son ir por la ciudad en motocicleta y cocinar.

Es una mujer muy independiente. En varias ocasiones ha dejado claro que no va a dejar su profesión ni piensa abandonar su hogar actual, un piso que está cerca de la plaza de la Bastilla. Algo que no soporta es que le asocien con Valls como "la señora de". No se casó con el primer ministro por su nombre, de hecho, ella sola se ha labrado una fructuosa carrera como violinista.

Anne Gravoin, esposa de Manuel Valls | Cordon Press

Todo el mundo está expectante de ver cómo ejercerá su papel de mujer del primer ministro. Lo cierto es que por ahora no ha empezado con buen pie. Su ausencia del pasado 1 de abril fue muy comentada. Manuel fue nombrado primer ministro pero su mujer no estuvo a su lado en ese momento tan especial. Nunca explicaron el motivo de su ausencia, sin embargo, los medios franceses publicaron que no pudo ir por motivos laborales. Anne pretende mantener la mayor independencia posible, por eso, ha conservado su apellido de soltera, en vez de cambiarlo por el de su marido, algo muy normal en Francia. "Cada uno tiene una vida, un corazón y un cerebro. Yo soy independiente. Jamás le he pedido un céntimo a mi marido", confesó Anne a Le Parisien.

Se conocen desde 1984

La pareja que forman Manuel Valls y Anne Gravoin es una de las más seguidas de Francia. Él es uno de los políticos más queridos de París, ella una exitosa violinista. La pareja se conoció en 1984, pero hasta el 2003 no pasó algo entre ellos. En ese momento, según comentó el propio primer ministro, "sintió un flechazo" al verla.

Se enamoraron después de que la violinista le invitase a un concierto. Estuvieron viviendo juntos varios años, hasta que en el 2010 se casaron y desde entonces han paseado su amor abiertamente y con naturalidad.

Manuel Valls y Anne Gravoin | Cordon Press

¿Cómo es el nuevo primer ministro francés?

Manuel Valls habla francés, catalán, castellano e italiano. Es aficionado a los toros y al Barça. Además, según una encuesta realizada en Francia, es uno de los hombres más deseados por las francesas. Se ha casado en dos ocasiones, la primera vez fue en 1990 con Nathalie Soulie, compañera de Universidad y madre de sus cuatro hijos: Benjamín de 22, Hugo de 20 y los mellizos Alicia y Joaquín de 15 años. Sus segundas nupcias fueron con Anne Gravion.

El pasado de Manuel Valls

Nació el 13 de agosto de 1962 y se crió en una familia modesta. Su padre, Xavier Valls, era un pintor que huyó de Barcelona porque no encontraba trabajo ni era reconocido. Gracias a una beca se instaló en París. La madre de Manuel se llamaba Luisangela Galfetti, era suiza de origen italiano y dio a luz a Manuel en la clínica La Ferroviaria. El primer ministro francés fue bautizado en la iglesia de Sant Joan de Horta.

La vida en Francia no fue fácil para la familia Valls. Su padre alquiló un humilde piso en el barrio de Marais, por el cual lucharon durante años para que no se la quitasen. Ésta era propiedad de la alcaldía de la ciudad y en varias ocasiones la alcaldía decidió echar a la familia del hogar.

Además, Manuel siempre ha estado muy unido a Barcelona. Su padre compró una casa en Horta, Barcelona, por eso, todos los veranos la familia Valls iba allí para disfrutar de sus días libres. Actualmente, el primer ministro francés sigue yendo cada vez que puede. Ahora allí vive su hermana Giovanna, quien ha reconocido que fue adicta a las drogas y que enfermó de sida.

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