La crónica rosa de Es la mañana de Federico, con Carlos Pérez Gimeno, Emilia Landaluce y Rosa Belmonte, ha tratado muchos de los temas que centran esta semana la actualidad social. Entre ellos, el ansiado y publicitado regreso de Rosa Benito a los platós televisivos tras 109 días de baja y su paso por el psiquiátrico, acontecido el viernes en Deluxe.
Entre muchas confesiones, Rosa Benito desveló uno de los episodios más polémicas, que hace relación a su relación con su marido Amador Mohedano. "En la parte del romance de Amador con su amante Marisa, ella se entera de que iba a ir a contarlo a Abre los Ojos, y le llamó y le dijo que se iba a suicidar". Tal y como aseguró Rosa Belmonte en la tertulia, le dijo "cuando estés hablando en el plató yo estaré cortándome las venas. Y Amador no fue al programa".
Benito aseguró en Sálvame que, antes de marcharse, había llegado a un punto sin retorno debido a las infidelidades de su marido y la sobreexposición pública. Tal y como dijo Isabel González, subdirectora de Es la mañana de Federico, "ella vive en su propia telenovela".
También reveló cómo ingresó en la Clínica San Juan de Dios, donde se trató de sus problemas psiquiátricos y de ansiedad. "Ella pidió que la llevasen su hermana y su hijo, porque no paraba de llorar y estaba mal. Se despidieron llorando... pero ella se quedo muy tranquila allí, después de que le quitaran la colonia porque era un frasco de cristal", explicó Rosa Belmonte.
Tras todo esto, lo único que está claro es que -como ella mismo dijo- a Rosa Benito no la van a "echar de Sálvame ni con agua caliente". Los colaboradores del Deluxe, "uno a uno", iban formulándole preguntas y buscando brechas en su relato, pero Benito resistió sin perder la calma, tanto que en la crónica rosa se preguntaron si había recurrido a alguna clase de tranquilizante. Sea como fuere, "Rosa ha venido muy fuerte y a mandar".