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La disputa familiar por el ducado de Suárez

La Crónica Rosa con Alaska, Beatriz Cortázar y Carmen Jara ha tratado la muerte de Adolfo Suárez, entre otros temas.

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Tal y como comentaron en la crónica rosa de Es la mañana de Federico la periodista Beatriz Cortázar, Carmen Jara y Alaska, la muerte de Adolfo Suárez también ha revelado ciertos asuntos familiares que ahora cobran algo de protagonismo. El hijo mayor del fallecido expresidente ha insistido a lo largo del tiempo en reclamar el título de duque de Suárez concedido por el Rey, que finalmente sería para la hija mayor de Mariam Suárez, nieta de Adolfo Suárez, Alejandra Romero, una joven abogada de 24 años que ahora cobra protagonismo en la prensa rosa.

Tal y como se recordó en la crónica rosa, en 1981 se le concedió a Adolfo Suárez el título de duque por su labor presidencial tras el fracaso del golpe de Estado de Tejero, con carácter perpetuo hacia él y sus herederos. Con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al poder, la ley cambió -era el año 2006- y se igualaron los derechos de las mujeres en el rango de preferencia para la sucesión de los títulos nobiliarios. Una modificación que dejaba al hijo mayor de Suárez sin título nobiliario, que recaería de manera legítima en la sobrina de éste, Alejandra Romero, hija de la primogénita Maria Amparo Suárez (Mariam), fallecida de cáncer en 2004.

Comenzó así la lucha del hijo mayor para recuperar el título nobiliario, en un evidente desacuerdo que ha traspasado el ámbito familiar y llegado incluso a las esferas políticas. En una carta escrita en 2009, llegó a invocar las Leyes de Toro para pedir al Rey que le permitiera retener el título, y que éste no pasase a la sobrina. Las citadas leyes, emitidas en 1505, concedían la facultad de nombrar al primer sucesor, lo que según su versión habría permitido a su padre ya enfermo cederle el título. Suárez Illiana consideraba que el alzheimer que padecía su padre le impedía conocer los efectos de la modificación legal de Zapatero, que modificaba el destino del título nobiliario.

Tal y como se dijo en la Crónica Rosa de Es la mañana de Federico, su hija Mariam, sin embargo, fue a "la que más quería y con la que más se entendía".

La Crónica Rosa ha tratado este extremo de la muerte del expresidente, todo ello entre el "impresionante fenómeno" de las colas en el Congreso y los emotivos fastos por la muerte. Aunque, tal y como señaló Carmen Jara, al funeral acudieron algunas de las personas que "más daño le hicieron" en vida.

Beatriz Cortázar también señaló una probable ausencia, al menos en la "zona familiar", ya que en un primer visionado televisivo de los funerales no se ha visto a Fernando Romero, "viudo de su hija Mariam, con la que empezó a relacionarse a los 12 y era un novio de la infancia, el noviazgo familiar perfecto". "Él estuvo al lado de ella en la enfermedad". No obstante, tras morir ella en 2004 "tuvo la suerte de rehacer su vida".

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