Tres años después de su boda con Alberto de Mónaco, Charlene Wittstock ha concedido una entrevista a la edición italiana de Vanity Fair. La Princesa ha hablado, entre otros temas, de los hijos.
"Lo deseo mucho: todo está en manos de Dios. En pareja, hemos superado tantos momentos difíciles, cambios profundos en nuestras vidas personales, estar juntos siempre ha sido un reto que nos ha unido", ha afirmado Charlene de Mónaco cuando se le ha preguntado por si le gustaría tener un hijo. La nadadora no tiene hijos de relaciones anteriores. Por el contrario, su marido reconoció hace unos años a dos hijos nacidos de relaciones esporádicas, Alexandre Eric Stéphane, nacido el 24 de agosto de 2003 en París, y Jazmin Grace Rotolo, nacida en 1992.
Además de las ansias de Charlene por tener descendencia, la princesa ha repasado otros temas de su vida. Ajena a los rumores de crisis, defiende a su matrimonio a capa y espada. Ni las portadas en las que se la veía abrazándose con otro hombre, ni su supuesta ausencia en la boda de Andrea Casiraghi han provocado que la Princesa reniegue de su matrimonio. "Tengo una confianza sin límites en nuestro amor: Alberto es mi marido, pero también ha sido siempre mi mejor amigo, y me ha ayudado a superar obstáculos que parecían imposibles", asegura.
Según la publicación, la Princesa ha respondido a todas las preguntas centrándose, eso sí, en su organización benéfica, la Fundación Princesa Charlene de Mónaco, que enseña a niños a nadar. Ella misma participa en sus actividades y no duda en meterse en la piscina: "Con mi pasado de nadadora olímpica, me siento totalmente a gusto. He recibido mucho de la vida, así que me parece justo corresponder. Por no hablar de que me encantan los niños".