Patricia Conde sigue sin dejar que su ex vea a su hijo

La relación entre Patricia Conde y Carlos Segui se sigue complicando. Atrás quedó el comunicado que envió en su día la presentadora, en el cual desvelaban que se divorciaban de mutuo acuerdo. El empresario mallorquín no se quedó callado y, después de ver a su hijo "7 horas en 35 días", desmintió en LOC todo lo que había contado su ex.

Declaró que no se habían separado de mutuo acuerdo y que Patricia no le dejaba ver a su hijo. Además, el suplemento afirmaba que el 24 de marzo será el juicio para dictaminar la custodia de Lucas. Segui confesó que creía que "su ex estaría intentando anular el juicio" y que pretende "acusarle de consumir drogas" para conseguir ella la custodia completa del pequeño.

Por si todo esto no fuera poco, este miércoles Diez Minutos publica unas imágenes de Carlos Segui con su madre en la puerta de la casa de Patricia Conde del pasado 5 de marzo. El empresario viajó con su madre desde Palma a Madrid para estar con su hijo, pero se acabó yendo después de varias horas, sin lograr ver al pequeño. Según informa la revista, Segui llamaba al telefonillo y gritaba "Quiero ver a mi hijo. Quiero ver a Lucas". Además, le repetía constantemente que había venido con una autorización de sus abogados para poder ver a Lucas y que le correspondía estar con él ese día y el anterior.

El magacín hace notar que "estaba nervioso y desesperado", ya que intentó de todas las formas posible ver a su hijo pero no lo consiguió, a pesar de quedarse varias horas sentando frente a la puerta de Patricia. Su madre también llamaba al telefonillo para hablar con Conde, para ver si podía arreglar la situación, explica Diez Minutos. "Patricia, hemos venido desde Palma. Quiero ver a mi nieto. No hemos venido para este desplante. La vida es muy larga", decía mientras consolaba a Carlos.

Se quedaron varias horas sentados en la calle por si la presentadora cambiaba de opinión, pero acabaron yéndose tristes, cabizbajos y sin ver a Lucas. En las instantáneas también se puede ver a un guardia de seguridad de la finca que fue a hablar con ellos para que se fueran.