El pasado mes de febrero, nada menos que dieciséis años después de la comunión de su hijo Clemente, Lequio y su ex enterraron el hacha de guerra tras haberse encontrado de manera casual en un restaurante argentino de Madrid. Con esa reunión acababa una de las enemistades, con triángulo amoroso de por medio, más conocidas del mundo del corazón patrio.
Hay que recordar que en el largo conflicto entre Alessandro y Antonia siempre ha habido un hijo, Clemente, que finalmente ha tenido un papel fundamental en el acercamiento. El pasado mes de diciembre, Hola llevó a su portada el reencuentro entre padre e hijo, a modo de aperitivo para lo que vendría después.La comunión del niño en 1997 fue la última ocasión en la que ambos se encontraron.
El Programa de AR, programa donde el conde es colaborador habitual, ha dado fe de todos los progresos, al igual que la revista Hola, que publicó una exclusiva fotográfica con entrevista incluida.
Tan real ha sido el acercamiento que incluso Ana Obregón que también tuvo un hijo en común con Alessandro, ha intervenido en la reconciliación del conde y Antonia Dell'Atte. "Me alegro porque así deja de insultar, de meterse y de atacar. Haya paz", ha dicho a los micrófonos de El Programa de AR, pese a haber sufrido también las iras d ela italiana.
La actriz y presentadora, que en su momento fue la "sustituta" de Dell'Atte en el corazón del conde, afirmó por su parte haber firmado también la pipa de la paz con su ex. "Para que veas la generosidad de Ana. Le puso una demanda a Antonia y la ganó; fueron cuarenta millones y se los perdonó, nunca se los pidió", reveló Lecquio en televisión sobre Obregón, confirmando sus palabras.
Sobre el encuentro, también contó en Telecinco en su momento cómo ambos "nos quedamos tomando un café y charlando. La encontré muy bien. Sigue siendo una mujer muy guapa". "Le pregunté si seguía besando así de bien", confesó, tras aclarar que realmente ya había habido algún contacto telefónico previo. Tal y como recordó, ambos se han hecho mucho daño pero va siendo hora de olvidarlo.
En esos mismos días, la revista Hola se encargó de imprimir en papel los avances. Su hijo, contó, ocupó la mayoría de su conversación. Parece ser que, a diferencia de la baronesa Thyssen y su hijo Borja, la reconciliación de ambos es algo verdadero y buscado.