La crónica rosa de Es la mañana de Federico ha contado con la presencia de Emilia Landaluce, Rosa Belmonte y Carlos Pérez Gimeno. Entre todos los temas que componen la actualidad social, desde el posado playero de Elsa Pataky hasta los "atavismos monárquicos" despertados por la visita de Don Felipe a Barcelona (y su encontronazo con un empresario que no quiso saludarle), destaca uno en cuestión: la visita de la baronesa Thyssen a la exposición de Blanca Cuesta.
Y es que en el número de esta semana de la revista Hola se desvela el que podría ser el verdadero motivo tras la visita: una nueva sesión de fotos de Carmen Thyssen, esta vez en la galería de arte que acoge los cuadros de su nuera, para la principal revista del corazón del país. Tal y como recordó el periodista Carlos Pérez Gimeno, desde el casual encuentro en una cafetería de la baronesa con Borja Thyssen y Blanca Cuesta, en realidad no ha vuelto a producirse ningún acercamiento en la familia.
Razón por la cual el reportaje fotográfico huele a escenificación, y más teniendo en cuenta que la visita a Proposing Fluor, que así se llama la exposición, no fue precisamente extensa, sino de apenas diez minutos. La mesa de la tertulia comentó las aparentemente "amistosas" declaraciones de la baronesa, que aseguró que "cada artista busca su camino y su forma de pintar. Blanca ha encontrado su propio estilo". Pero, tal y como comentó Isabel González, subdirectora del espacio, "no leo entre líneas que le hayan gustado los cuadros".
En el fondo, subyace la eterna pelea de Carmen Thyssen con Borja por su matrimonio con Blanca Cuesta, aunque el dinero tenga algo que ver con las disputas. Y es que, pese a que la baronesa se esfuerza en subrayar que dejó una nota a Blanca "diciéndole que me gustaría volver a la galería estando ella", y que ésta fue correspondida, al final y pese a las bonitas palabras -señaló Pérez Gimeno- "ha ido sola, se ha hecho el reportaje y se ha largado".