Mette-Marit, recuperada de la operación de hernia discal a la que se sometió el pasado noviembre, cumple de nuevo con su agenda oficial. Ya puede hacer vida normal y usar tacones.
En los últimos días, ha llamado mucho la atención su cara tersa, sus labios más voluminosos y sus pómulos, por lo que se piensa que la princesa noruega podría haberse hecho algún retoque.
Con esto, Mette-Marit se sumaría a la lista de princesas que prefieren el quirófano. No todas se han retocado, sino que prefieren lo natural, como por ejemplo Carolina de Mónaco, Máxima de Holanda y Mary de Dinamarca, que parece que han hecho un pacto con el diablo.