"Federico es una de las personas más discretas que conozco. Nunca comenta nada de su trabajo y menos de sus relaciones con la Casa del Rey, pero suele visitar la Zarzuela por lo menos una vez a la semana". Esto cuenta de Federico Rubio Carvajal un amigo íntimo en el suplemento Crónica del diario El Mundo de este domingo. Federico Rubio Carvajal es el alto funcionario del Ministerio de hacienda, miembro del Cuerpo Superior de Gestión Catastral y hombre que lleva las cuentas de los Borbones, del rey abajo. Ha desarrollado toda su carrera profesional en Hacienda. En 1992 hizo la primera declaración de la Renta al Rey en colaboración con Manuel Prado y Colón de Carvajal hombre de confianza del Rey. Prado y Colón de Carvajal era el encargado de mover las inversiones del Monarca y de intermediar en asuntos monetarios.
Federico, y antes su padre José Rubio González Canales -de quien heredó el cargo en Zarzuela-, trabaja desde el número 51 de la madrileña calle de Sainz de Baranda. Desde allí supervisó, por ejemplo, los 5 millones de pesetas (30.000 euros) de patrimonio de Don Juan que se traspasaron para sufragar los gastos pendientes de la casa de los condes de Barcelona tras la muerte del padre del Rey.
Entre las obligaciones de Federico Rubio Carvajal, se encontraba el asesoramiento fiscal al monarca. Tanto como que le mostró el camino para pagar menos impuestos, aunque finalmente le indicaba que "razones políticas y de mejor criterio aconsejan no adoptar tal posibilidad". También le hizo recomendaciones por inversiones y, según la información que recoge Crónica, el Rey compró acciones en aquel 1993 de empresas como Telefónica, Fecsa, Fenosa, Autopistas, Europistas, Vallehermoso, Repsol, Banco Santander, BNP, Dragados o Altos hornos de Vizcaya.
La información sobre cuánto dinero invirtió y qué cantidad de acciones de cada compañía compró se desconoce. También se desconoce a qué precio las adquirió o cuándo se deshizo de ellas. En el caso de que mantuviera paquetes accionariales de compañías que fueron fusionadas más tarde, como Vallehermoso, Fecsa o Fenosa, también se desconocen si vendió o aceptó el canje de acciones. La falta de información de Zarzuela tampoco permite conocer de cuántos repartos de dividendos pudo beneficiarse el Rey con sus paquetes accionariales, o los créditos que pudo obtener con las acciones como aval.
Así, la opacidad sobre este asunto es total desde la Casa Real. En cualquier caso, unos sencillos cálculos pueden ayudarnos a comprender cuánto dinero podría haber ganado el Rey en estos años si hubiera manejado con prudencia sus inversiones. Si tomamos como referencia el principal índice de la bolsa española, el Ibex 35, vemos que en 1993 marcó un máximo de 3.980 puntos y actualmente se encuentra en el entorno de los 10.000 puntos. Así, en los últimos 20 años, el Ibex habría obtenido una revalorización aproximada del 251% (descontando los picos de 16.000 puntos que llegó a tocar antes del estallido de la crisis, o los 2.830 a los que bajó en 1995).
Si tomamos como hipótesis de cálculo que el monarca hubiera invertido en 1993 en un fondo referenciado al Ibex de 100.000 euros (16,6 millones de pesetas), ahora habría triplicado su inversión, ganando 251.000 euros, que sumado a su capital inicial de 100.000 arrojaría un saldo de 351.000 euros (54,4 millones de pesetas). Evidentemente, estos cálculos son sólo orientativos, ya que tampoco se han contemplado variables como los impuestos que hubiera tenido que satisfacer, o el efecto que sobre estas ganancias podría haber tenido la inflación acumulada durante los últimos 20 años y que hubiera tenido un impacto sobre el precio del 50% al alza. Es decir, que lo que costaba 60.000 euros en 1993, ahora costaría cerca de 94.000 euros.
Las nóminas
Además de dar información sobre las inversiones reales, Crónica cuenta la asignación del Rey en 1992, año sobre el que Federico Rubio Carvajal habría realizado la primera declaración de la renta de don Juan Carlos. Entonces, tenía una asignación de 23.513.302 pesetas que cobró en 12 cheques. A ello habría que añadir otros cinco cheques anotados bajo el epígrafe "ingresos. Gastos reservados" e ingresados en una de las cuentas de la Casa Real distribuida del siguiente modo: Al Rey 10.664.228 pesetas. Para la Reina 12.698.460. Para el príncipe 5.629.440 pesetas. Para Elena 1.600.553 pesetas y para Cristina 1.035.034.
Si sumamos ambas partidas, el Rey habría cobrado aquel año un bruto de 34.177.530 pesetas (205.411 euros). Hoy en día, según los últimos datos conocidos, el Rey tendría una asignación de 140.519 euros brutos más 152.233 euros como gastos de representación, lo que harían un total de 292.752 euros en total. Esto supondría que el Rey cobraría 87.341 euros más.