Mientras Valérie Trierweiler se recupera del impacto sufrido tras salir a la luz la supuesta relación de François Hollande con la actriz Julie Gayet, la prensa francesa ha empezado a hacerse preguntas acerca el affaire, y sus implicaciones para el Elíseo. Y es que durante las últimas horas, hasta la mafia corsa ha aparecido envuelta en al asunto.
¿A quién pertenece el apartamento donde tenían lugar los encuentros entre Hollande y Gayet?
En un principio, al ya de por sí escandaloso asunto del affaire de Hollande, se unió la polémica del apartamento. Las primeras informaciones vinculaban la vivienda al crimen organizado, pero parece ser que no es así. Según asegura Le Monde, el propietario es un jubilado de 71 años, Jean-Pierre Diescazeaux, que ahora vive reitardo en Biarritz y que alquiló el piso a la actriz Emmanuele Hauck.
Desde hace tres años vive allí con sus dos hijos, aunque en el buzón figure también el nombre de su exmarido también actor Michel Ferracci , condenado el pasado noviembre a 18 meses de prisión por un asunto relacionado con el círculo del juego y la mafia corsa, según informa Le Parisien. Al parecer, Emmanuelle Hauck habría cedido el inmueble a Julie Gayet para sus encuentros con el presidente francés, ya que está situado a 165 metros del Elíseo.
¿Falló el sistema de seguridad de Hollande?
Otra de las dudas que ha suscitado el escándalo está relacionada con la seguridad que rodea al presidente. La directora del Grupo de Seguridad de la Presidencia de la república francesa (GSPR) Sophie Hatt, está en el punto de mira. ¿Cómo pudieron no darse cuenta de lo que estaba ocurriendo? Hollande acudía en moto y como paquete de un hombre de seguridad a sus encuentros en el piso de la calle du Cirque.
Los paparazzi que destaparon el idilio de Hollande alquilaron un piso cerca del apartamento donde se encontraba con Gayette y al parecer, hacía meses que todo París conocía el secreto a voces de la relación del inquilino del Elíseo.
¿Estaba el ministro del Interior al tanto?
Otra de las figuras sobre las que se ha centrado la atención en este escándalo es el ministro del Interior, Manuel Valls, que goza de gran valoración entre los franceses. La duda es si, desde el ministerio, se facilitó o destinó fondos de algún modo para ayudar a Hollande a esconder su affaire.
Valls aseguró que se enteró de lo que estaba ocurriendo este mismo domingo: "El GSPR es autónomo. Yo no tengo que estar al tanto de los movimientos del presidente. Si decide ir a algún lugar, es su responsabilidad. Cuando Jacques Chirac tuvo su golpe en 2005, Nicolas Sarkozy -entonces su ministro el Interior-no fue notificado de inmediato",recordó.
¿Una maniobra de los afines a Sarkozy?
Por supuesto, como cada vez que se destapa un escándalo, surge la pregunta de a quién beneficia más. Y no pocos han mirado en dirección de quién Hollande considera su verdadero rival: Nicolas Sarkozy, que no termina de descartar si se presentará en 2017. Según la prensa francesa, fue en círculos "sarozystes" donde comenzó a airearse el romance secreto, información que podría haber obtenido por la férrea amistad que conserva con las fuerzas de seguridad.
De hecho, el Elíseo está aún lleno de leales al expresidente, sobre todo en el GSPR. Hace unos meses la revista Closer ya aireó un asunto incómodo para la pareja presidencial: la detención de un hijo de Valerie Trierweiler por comprar una pequeña cantidad de cannabis. La filtración de dicha información se atribuye a las llamadas "redes sarkozystes subterráneas".