Después de la ratificación de su condena, José Ortega Cano ha tratado de eludir la cárcel señalando problemas de salud. El diestro se ha dedicado a recoger toda la documentación médica que justifique su afección coronaria, además de una hernia umbilical y algunas secuelas del accidente en el que murió Carlos Parra, para así evitar entrar en prisión.
Pese a que algunas informaciones señalaban que Ortega Cano iba a ser intervenido el viernes en el Hospital Ramón y Cajal, finalmente ha sido en otra clínica, la Rúber Internacional de Madrid, donde ha sido internado para realizarse un cateterismo. Según informa La Razón, el cirujano Carlos Macaya valorará sobre la marcha si necesita o no un marcapasos para controlar las arritmias.
A primera hora de la mañana, informa el diario, el extorero ha ingresado para tratar su dolencia cardíaca, un proceso que se ha acelerado una vez que la Fiscalía de Sevilla ratificó la condena del torero a una pena de dos años, seis meses y un día de prisión por homicidio y conducción temeraria.
En su momento, Ortega Cano fue considerado autor responsable de un delito de homicidio causado por imprudencia grave contra la seguridad vial, a lo que se añadió una cuantiosa multa y la pérdida de su permiso de conducir. Pese a solicitar el indulto y otras argucias legales para evitar la prisión, la Fiscalía de Sevilla ratificó el pasado 13 de diciembre la condena. La última carta de Ortega Cano era la de su precaria salud, y la está jugando.