Lucía Dominguín atraviesa uno de los momentos más complicados de su vida. Sin casa debido a sus graves problemas económicos, acualmente vive en el Museo de los Angeles propiedad de su madre, y que está cerrado al público. Necesita de la ayuda de amigos para poder comer, aunque dice estar feliz: "No me falta de nada".
Lucía, que según la revista Lecturas ya ha sido desahuciada, ha perdido el hotel Rocamador, un alojamiento rural situado en Extremadura que sucumbió a la mala gestión de su exmarido, el actor Carlos Tristancho.
Como hermana mediana de Miguel Bosé y Paola Dominguín, y madre de Bimba y Olfo Bosé, Lucía asegura que sí puede echar mano de sus hermanos. "Cuando me quedé sin nada, él me echó una mano. Y cuando me separé de mis hijos, que mi ex se los llevó y durante un año y medio no supe ni dónde estaban, Miguel me ayudó".
No obstante, se guarda también severas críticas contra Miguel Bosé, que le echó "en cara que me metiera donde me había metido y que luego le fuera a pedir ayuda". Reconoce que calla para no pelearse, algo que no tiene que ser necesariamente malo pero que de todas formas ha mantenido durante muchos años.
Por ejemplo, en la entrevista Dominguín recuerda el conflicto de su hijo Olfo con su hermano Miguel, después de que éste le dijera tras un concierto que había soltado algunos gallos. "Es una bobada, pero depende de cómo te pille. En mi familia, según como te levantes, arrasas con todo". Ella ha tratado de mediar en la riña, pero Miguel se niega a cooperar. "No me puedo meter", explica resignada.
No obstante y pese a ello, también reconoce que finalmente le ha ayudado, como muchos amigos y parte de su familia. Miguel, reconoce, es el jefe del clan Bosé, y todos los de la familia siempre le han tenido "no miedo, pero sí respeto", y "lo que habla, crea ley".
Lucía Dominguín también explica la situación con su madre Lucía Bosé, a quien "si le preguntas por los nietos no sabe ni cuántos tiene". Eso sí, "desde que Miguel tiene a los niños se ha dedicado a esos nietos en cuerpo y alma". Un rechazo a sus hijos que le da rabia como madre, por ella y por su hermana: "Hemos llorado mucho las dos. Mi madre se ha dedicado única y exclusivamente a Miguel".
No obstante, no oculta su pena en Lecturas, dado que "Rocamador ha sido mi gran experiencia", nada menos que 16 años de su vida entregados a ese negocio."