La trastienda de la operación del Rey y las visitas de toda la Familia Real a la Clínica Quirón de Pozuelo centran ahora mismo la actualidad española, tanto nacional como de la prensa rosa. Y por ello, las palabras del príncipe a los periodistas a mediodía de ayer, en su comparecencia a las puertas de la clínica junto a la princesa Letizia -y la escenografía casual del momento-, se han convertido probablemente en uno de los momentos más representativos de esa crisis.
La posición de Letizia Ortiz, adoptando un segundo plano y muy por detrás de su esposo, con una sonrisa interrumpida por ciertos gestos que delatan cierta incomodidad, llaman la atención sobre el estado personal y situación institucional de la princesa. Letizia se esfuerza en que la observemos como simple consorte, pero con un rictus incómodo que delata -tal y como opinó en esRadio Beatriz Cortázar- "que ella quiere que veamos que en la intimidad vale más, dice y manda".
Entre la prensa dedicada a la cobertura dela información sobre la Familia Real se comenta ya abiertamente el cambio de la princesa en los últimos meses. Es un tema ampliamente tratado en este mismo portal. El hecho de que en anteriores veranos en Mallorca Letizia comentara y hablara con los periodistas, y que en el último se haya mostrado completamente inaccesible y no haya departido con los corresponsales, no puede ser casual.
¿En qué posición está ahora mismo la princesa de Asturias, no sólo institucional sino personalmente? Beatriz Cortázar apuntó que Letizia está muy "vulnerable" y que la causa puede ser en gran medida "el libro de su primo", donde se aireaba su aborto secreto y otras cuestiones que ella se ha esforzado en mantener en la trastienda. Por lo tanto, el problema de la princesa no es la "chulería", tal y como podría interpretarse de esta ausencia, sino el que se situaría incluso "en el terreno de la depresión".
Este momento personal de la princesa estaría repercutiendo en otro problema, ya que llega en un momento de grave crisis de la institución, con el príncipe relegado a un lugar secundario que podría ser calificado de ofensivo, pese a los problemas que atraviesa el Rey. "La Corona es la sucesión, es el príncipe, y lo tratan como la fregona. El Rey será y ya es pasado, ineluctablemente, pero la lógica de la monarquía es la sucesión".
Federico Jiménez Losantos interpretó una imagen, la de los príncipes frente a la clínica, en la que "la Reina se hace cargo del enfermo y por tanto mandan los Urdangarín y sobran los Letizios", y que deja al príncipe en un lugar totalmente secundario. "El papelón que le hacen hacer al príncipe es lamentable. No sabe cuál es su función, su padre no quiere ya abdicar si no delegar una sola recepción. Hay que aclarar la función del príncipe, que son dos metros y cien kilos de príncipe, a quien hemos visto en Buenos Aires hacerlo estupendamente bien,como jamás lo habría hecho su padre, y no le vemos decir 'qué hay de lo mío'".