La pareja formada por el príncipe Félix de Luxemburgo y su prometida Claire Lademacher está ahora mismo ultimando los preparativos de su boda. Una ceremonia que, en realidad, será doble, y que tendrá lugar en dos países distintos.
Tal y como informa ¡Hola!, la civil tendrá lugar en la tierra natal de ella, Alemania, mientras que la religiosa se producirá en la Provenza, donde la pareja establecerá su residencia. "Ambos tenemos recuerdos maravillosos de nuestras vacaciones de verano en el Sur de Francia, tanto en la propiedad de mis padres, cerca de Lorgues, como en la de mis futuros suegros. La idea fue algo espontáneo", dice la futura princesa en la revista.
Félix y Claire fijaron el 17 de septiembre como el día de su matrimonio civil. La villa Rothschild Kempinsky, en los alrededores de Francfort, acogerá la que será la última boda real de este año, que se refrendará apenas cuatro días después, el día 21, cuando la pareja se case por la Iglesia.
La boda tendrá lugar a las once de la mañana en la basílica de Sainte-Marie Madeleine de Saint Maximin la Sainte-Baume, una iglesia gótica en plena provincia frances de la Provenza, y será oficiada en persona el arzobispo de Luxemburgo ante casi 400 personas. Para que no falte pompa y antes del banquete, la ceremonia actuará el coro Pueri Cantores de niños y la Orquesta de Cámara del conservatorio de la ciudad.
Las alianzas serán sencillas, aunque de oro procedente del comercio justo. Félix Lademacher, hermano de Claire, actuará como testigo de él, y la princesa Alexandra, única hija de los duques de Luxemburgo, lo será del novio. Entre los pajes estarán los príncipes Gabriel y Noah. Y se desconoce cómo será el vestido de ella, que tradicionalmente se mantiene en secreto, una disciplina que la novia no está dispuesta a romper.
¿Pero qué será de ellos tras la boda? Felipe, que acaba de terminar sus estudios universitarios con un máster en Bioética, asegura que "ha llegado el momento de ganarse la vida" y atender a las necesidades de su futura familia, que espera que sea abundante. Ella, por su parte, está preparando un doctorado, y ahora mismo está tan pendiente de finalizarlo como de preparar su futura vida de recién casada en el Sur de Francia, así como -según dice- "representar al país de mi futuro esposo". Entre una cosa y otra, ambos explotarán una propiedad vitícola familiar.