La Duquesa de Cambridge ya ha sido ingresada en el Hospital St. Mary de Londres, concretamente en el ala "Lindo" de dicho centro médico, para dar a luz.
Un nacimiento, el del "bebé real", que alberga varios hechos curiosos. Sin ir más lejos, en este mismo hospital, la Princesa Diana dio a luz en 1982 al Príncipe Guillermo, padre de la criatura, y posteriormente en 1984 al Príncipe Harry. La habitación no escatima en prestaciones y tiene un coste de 5.500 libras por noche, unos 6.400 euros según informan algunos medios británicos. La estancia cuenta con todos los servicios imaginables en un hotel de lujo, como televisión vía satélite, conexión wifi, radio, caja fuerte e incluso una pequeña nevera.
Además, la habitación cuenta con otros muchos detalles lujosos, como una silla reclinable y artículos de tocador de lujo a la altura de las exigencias de una princesa. La habitación tiene unos grandes ventanales, pero que estarán cubiertos por unas gruesas cortinas para garantizar una privacidad total.
Tal y como se anunció en su momento -y con no poca polémica-, el recién nacido pasará sus primeras seis semanas de vida en la residencia que los padres de Kate Middleton tienen en Berkshire, al sureste de Inglaterra. Un traslado decidido por la propia Middleton, y que ha suscitado críticas por su elevado coste. No obstante, la ciudadanía parece comprender ya que la Duquesa de Cambridge se siente "más segura" en el domicilio familiar.
Además, el rígido protocolo británico exige multitud de requisitos como, por ejemplo, comprobar la legitimidad del bebé incluso durante su nacimiento. Desde mucho tiempo atrás es necesario que haya asistentes importantes y "reales" a los partos, todo ello para comprobar que el hijo que ha nacido es realmente de la sangre azul. En el caso del parto de Kate Middleton, será el arzobispo de Canterbury quien esté presente durante el nacimiento.
El bebé puede que no tenga apellido y que sea simplemente designado "su alteza real", "príncipe" o "princesa". Si no, también podrían elegir entre Wales, Mountbatten-Windsor o Cambridge, por el título de sus padres. Este último es, de hecho, el que han elegido Guillermo y Catalina, duques de Cambridge.
De sobra es sabido que en la familia real británica adoran las tradiciones, incluida la de comunicar el nacimiento con un caballete en el Palacio de Buckingham sosteniendo el folio con sello de la casa real que anuncie la noticia. Nada de Facebook.
Los primeros en enterarse serán, por este orden, la reina, la familia real más importante, la familia Middleton si no está en el hospital, y al final del todo, los medios de comunicación (y esta vez, ahora sí, las redes sociales incluidas).
Naturalmente, el nacimiento requiere de una celebración a la altura: nada menos que 41 cañonazos de la Tropa Real de la Artillería Montada del Rey resonarán en todo Londres. Normalmente son 21 cañonazos, pero al ser en el parque real Green Park se suman 20 cañonazos más. Además de la bandera izada en todos los regimientos y sitios gubernamentales.