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Concha García Campoy y Carmen Rico Godoy, las dos mujeres de la vida de Andrés Vicente Gómez

El productor ha perdido a quienes han sido sus dos grandes amores.

El productor ha perdido a quienes han sido sus dos grandes amores.
Concha García Campoy y Andrés Vicente Gómez | Archivo

El más importante productor cinematográfico español de los últimos cuarenta años, Andrés Vicente Gómez, recibe incontables testimonios de pésame tras la dolorosa despedida de quien fue su compañera desde hacía trece años, Concha García Campoy. Triste noticia que nos trae el recuerdo de quien fue su anterior esposa, la gran periodista y escritora Carmen Rico Godoy, quien se fue de este mundo acabando el verano de 2001. Dos grandes mujeres que han marcado la vida de este hombre tan vinculado al Séptimo Arte. Más de un centenar de películas figuran en su historial como productor, entre ellas varias de las más taquilleras del cine español. Entre esos títulos, destacan: Jamón, jamón, ¡Ay, Carmela!, Belle époque, El día de la bestia, Torrente, el brazo tonto de la ley, Two much… Ha rodado con los más relevantes realizadores, desde Carlos Saura a Pedro Almodóvar, pasando por Bigas Luna, Alex de la Iglesia, Vicente Aranda, Fernando Trueba…

Nacido hace sesenta y nueve años en el madrileño barrio de Leganés, hijo de un modesto empleado de una empresa de antibióticos, comenzó a trabajar con catorce años en una agencia de actores extranjeros. Estudió en Inglaterra. Y en París se relacionó en 1962 con los hermanos Salkind, grandes productores internacionales de cine.

Ello le permitió estar en contacto entre otros personajes con Orson Welles, con quien participó en la producción de dos filmes, Fake, en 1973 y Al otro lado del viento. Por esa época, coincidí con ambos en el Hotel Londres, de San Sebastián, en el transcurso de una de las ediciones de su prestigioso festival. Los vi muy compenetrados, señal de que al "Genio" le caía bien nuestro compatriota. Fue entonces cuando Andrés Vicente conoció a Carmen Rico Godoy. Fui yo quien los presenté. Ella, cofundadora de la revista Cambio 16 asistía por vez primera a esa muestra cinematográfica, apenas conocía a nadie de ese gremio y yo me presté gustoso a darle a conocer a algunos personajes. Con Andrés Vicente hizo buenas migas. Tanto que reanudaron su amistad y acabaron casándose. Él tenía dos hijos de una antigua relación. Y ella, otro, fruto de un temprano matrimonio en París con un argentino, que acabó a los pocos años en divorcio en Buenos Aires.

Carmen, sin abandonar nunca sus trabajos periodísticos y su faceta de escritora, compartió todos los proyectos cinematográficos de su marido con su productora Lola Films; alguno tan disparatado como El Dorado, de 1987, la película más cara del cine español, que entonces costó mil millones de pesetas.Pero el trabajo más personal de ambos fue el de Cómo ser mujer y no morir en el intento, novela de Carmen que en 1991 se llevó al cine, en su primera –y única- aventura tras las cámaras, como directora de Ana Belén. El productor fue, naturalmente, Andrés Vicente Gómez. Con los años, aquella pareja acabó deshaciéndose, cuando se acercaba el año 2000. Para entonces, la extraordinaria articulista y autora de varios "best-sellers" entre novelas y ensayos, siempre con su punzante, irónico humor, ya estaba muy enferma. Arrastraba la cruel enfermedad, un cáncer, que acabó con su existencia el 12 de septiembre de 2001.

Para entonces, Andrés Vicente había conocido a la periodista catalana, ya muy conocida presentadora de radio y televisión: Concha García Campoy. Simpatizaron pronto. Ella había encontrado un espléndido dúplex frente al madrileño Parque del Retiro, para vivir con sus dos hijos de su segundo matrimonio, Lorenzo (nacido en 1992) y Berta (de 1998). Cuando empezó su convivencia con Andrés Vicente, éste se encargó de convencer a los vecinos del piso inferior para que se lo vendieran. Y así, la nueva y feliz pareja convirtió aquel hogar; en tríplex. Por ese piso pasarían muchos personajes de la vida social, política y artística madrileña. Ella recordaba una desenfadada cena con invitados de filliación izquierdista salvo un matrimonio: el formado por Mariano Rajoy y Elvira. Los anfitriones –recordaban- se lo pasaron en grande.

Concha era una mujer dichosa, después de sus dos matrimonios fracasados. Le encantaba estar con sus hijos. Estaba muy enamorada de su compañero, del que decía: "Es una persona con quien puedo compartirlo todo. Él, lo que me insiste, bromeando por supuesto, que a ver si fracaso en la radio o en la televisión; para verme más tiempo en casa. Pero como siempre triunfaba en cuantas empresas emprendía; Procuraban estar juntos el mayor tiempo posible. Ya el cine español acusaba la crisis y Vicente Andrés pasó por momentos de apuro, por ejemplo con la tan traída, llevada y maldita película Manolete, que pocos han visto. (Yo sí. Y es horrorosa). El afortunado productor de pasados tiempos nunca ha arrojado del todo la toalla en su negocio. Y siempre diciendo a los periodistas: "Yo nunca tengo dinero. Siempre me han financiado mis películas. Y lo que haya ganado lo he invertido en otras".

A finales de 2011 detectaron la leucemia a Concha. Andrés Vicente estuvo desde entonces más pendiente de ella que nunca. Hasta el último minuto de este pasado miércoles, 10 de julio, cuando esa sonrisa angelical, de mujer un punto tímida que fue la admirada Concha García Campoy, se apagó para siempre.

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