El exdirector del Fondo Monetario Internacional, vinculado a diversos escándalos sexuales y juicios que han acaparado los titulares de la prensa durante meses, presentó en sociedad a su nueva pareja, Myriam L’Aouffir, en el pasado Festival de Cannes.
¿Pero quién es ella? Tal y como publica Grazia, Myriam L’Aouffir es una madura periodista del grupo France Télévisions de origen marroquí, toda una "business-woman" del mundo de la comunicación que cumple uno de los principales requisitos que exige DSK a sus amantes: ser más jóvenes que él.
L’Aaouffir tiene 45 años, unos 20 menos que el expolítico francés, pero también, y quizá por eso mismo, podría erigirse como la única mujer capaz de poner (algo) de orden en la perturbadora vida sexual de DSK. Quizá por eso, y a modo de maniobra ante los medios, Strauss-Khan no tuvo inconveniente en presentarla en sociedad, quizá a modo de testimonio de que ha sentado la cabeza.
El romance lo desveló la revista VSD, que señaló que ambos se conocieron gracias a una amistad común, el alcalde de Sarcelles, François Pupponi. Su curriculum está a la altura de cualquier exigencia: diplomada en Letras Modernas y en Ciencias Audiovisuales, así como de Información y de Comunicación, por las Universidades de Montpellier y de París VIII, trabaja en la cadena France Télévisions desde hace dos décadas. También es presidenta de alguna asociación humanitaria de ayuda a las víctimas del terremoto marroquí de 2004 y experta en comunicación online de su cadena, amén de activa tuitera.
No es la primera vez que DSK manifiesta su gusto por las periodistas. Sin ir más lejos, Tristane Banon, que le denunció por abuso sexual, también ejercía ese oficio, como también la propia Anne Sinclair, de la que se separó algún tiempo después de sucederse estos escándalos.
Y es que, con varios frentes abiertos en el plano judicial debido a su conducta excesiva con las mujeres, Strauss Khan quizá necesite alguien a su lado que le permita dormir algo más tranquilo. Marcela Lacub, antigua amante, publicó Belle et Bête, un libro donde relata con detalle las aficiones sexuales del exdirector del FMI. Y todavía le queda el caso Carlton, que le enfrentará a un juicio popular, debido a una historia de prostitución y proxenetismo.