Un desconcertado Mario Pascual Vives ha confesado a los periodistas que se ha enterado por los medios de comunicación de que su cliente estrella, Iñaki Urdangarín, se marcha a vivir a Qatar. Sin pararse ante los periodistas, como hace siempre, ha contestado a sus preguntas con evasivas, también como hace siempre, aunque parecía algo descolocado por todas las informaciones referentes al traslado del duque de Palma. Por ejemplo, que él no se va a encargar de negociar el contrato seguramente millonariode Urdangarín o que el duque puede marcharse cuando quiera, porque el Fiscal Anticorrupción Pedro Horrach no tiene intención de reclamar la retirada de su pasaporte y el Tribunal Superior de Justicia de Baleares ha emitido una nota en la que afirma que Urdangarín “no está sujeto a ninguna medida cautelar que restrinja su libertad de movimiento” y que lo único que tendría que comunicar es un cambio de domicilio. El abogado ha dado la única pista que hay hasta el momento de que la infanta Cristina podría acompañar a su marido: Vives insiste en que viven “unidos en la adversidad”.
La muerte de Sara Montiel ha confirmado lo querida que era la actriz entre el público español, y el que no ha visto alguna de sus películas sabe algo sobre sus noviazgos, o incluso la ha escuchado cantar con Alaska una versión magistral de Absolutamente. Sus hijos la han acompañado hasta el último momento, y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha confirmado que tendrá calle a su nombre (como siempre, por desgracia, hay que morir para que se haga ese tipo de homenaje) y que se proyectarán algunas de sus películas en la pantalla exterior que hay en plena Gran Vía.
Mientras en España las malas lenguas hablan del acercamiento entre Piqué y una presentadora de televisión, Shakira sigue protagonizando portadas por sus desencuentros con su ex, Fernando de la Rúa. Después de que el hijo del ex presidente argentino la demandase por, según él, no haberle pagado lo que le correspondía tras haber sido su representante, la cantante ha aclarado que de eso nada: que nunca fue su mánager, sino su novio. La colombiana alega que no hay ni un solo documento que lo confirme y que ella ya era famosa mucho antes de conocerle.